Monday, December 18, 2023

ÁRBOL DE NAVIDAD, LUCES, ST. CLAUS Y LOS SIGNOS DEL CONSUMISMO

ÁRBOL  DE  NAVIDAD,  LUCES,  ST. CLAUS  Y LOS SIGNOS  DEL  CONSUMISMO

Xiomara J. Pages

Diciembre 18, 2023


Por el  consumismo  y el materialismo,  en vez de pensar en lo que dio  lugar a la Navidad....olvidamos   su  origen religioso, queramos  o no.


Conversaba con un amigo sobre los signos de consumismo en la sociedad cuando llega la Navidad...Mi  amigo  que no es muy religioso,  ni cree en religiones institucionalizadas,  aunque si cree en Dios y en Cristo, me manifestaba no comprender  la manera de celebrar  la llegada de Jesús,  y  el  por qué nos desvivimos tanto por poner arbolitos y luces....y  aspavientar y pregonar  con tantos adornos, y darnos regalos.... Claro que tiene razón, pues no solo ateos  y agnósticos,  hacen  todo esto,  ya que desconocen o no aceptan el sentido religioso,  pero muchos  cristianos, fallan en lo que de veras es la Navidad.


Ya sabemos que muchas prácticas de religiones o rituales paganos incluían árboles, fogatas, bailes o danzas,  música relajada o de más algarabía y que la religión  cristiana, precisamente trató de convertir  o modificar  muchas de estas fechas en celebraciones cristianas.  Y expresar nuestro gozo y alegría por un Salvador, en muchas circunstancias de nuestra vida,  expresando esa alegría con adornos  y demostraciones, costumbres con velas  por la luz,  que  luego fueron sustituidas por luces eléctricas o de baterías o pilas,  como en nuestros tiempos.


Decorar un arbolito es mostrar el verdadero significado del árbol de la vida.  El árbol  de la vida simboliza la conexión con el entorno ya sea en el plano físico como en el espiritual. Se puede observar en las raíces (el origen) y en las ramas con la conexión con la gente como con el universo.  Un árbol representa vida y sabiduría, y al igual que  Cristo es el centro y nosotros las ramas, así honramos tal idea cristiana.. Lamentablemente muchos  ignoran todas estas cosas.

 

El arbolito es símbolo de fertilidad y regeneración. Esta tradición del árbol navideño se originó en Alemania y se asocia con la fe cristiana que crece, la costumbre  llegó a México alrededor del siglo XIX y se convirtió en una gran tendencia decorativa.  Así conocemos el árbol navideño en la actualidad.


Se dice que San Bonifacio (680-754), evangelizador de Alemania, tomó un hacha y cortó un árbol que representaba al Yggdrasil (aunque también pudo ser un árbol consagrado a Thor,  Dios del trueno en la mitología nórdica), y en su lugar plantó un pino,  que por ser perenne, este pino  simbolizó el amor eterno de Dios, que siempre está ahí, y  lo adornaron  con manzanas y velas.


Los tribunales han reconocido que, si bien los árboles de Navidad tienen sus raíces en el Cristianismo, ahora se los  considera  en gran medida seculares. Los consideran adornos, como poner banderas, o estrellas, o  luces, pero siempre por motivos de alegría en diferentes fechas que mostramos    al celebrarlas, y por supuesto,  la Navidad no es diferente.   Es todo  lo  contrario al mostrar tristeza, con   lazos negros, y colores oscuros, o  música fúnebre  en tiempos de luto y velatorio.   Es la manera del ser humano de manifestar públicamente lo que siente dentro. No somos islas, vivimos en comunidad.  



Ahora bien, en lo que fallan muchos cristianos, porque a los ateos no tiene por qué  interesarles, es que no ponen un NACIMIENTO o NATIVIDAD... el Jesús que nació  pobre, en un pesebre de paja, en un establo, con su Madre María y su padre  putativo San José, rodeado de una vaca, un asno, y ovejas que con su aliento le daban calor al recién nacido en una noche fría,  que no fue el 25 de Diciembre, sino que se  eligió   esa fecha para celebrarlo,  y que la estrella de oriente  en el Cielo hizo acercarse  a pastores, y reyes sabios desde ese  Oriente, porque  aunque pobre, había nacido un REY,  pero no de un Reino de este mundo, sino del Reino de Dios Padre.  

 Giovanni Bernardone, mejor conocido como San Francisco de Asís, es reconocido como el autor del primer nacimiento de la historia  alrededor de  1,223 en Greccio, Italia.



Eso es lo principal, pero veo muchos arbolitos y luces, y no ponen lo básico, o ponen muñequitos de Disney, o de otras tendencias o diferentes figuras como si fuera la sagrada familia, en algunos casos. ¡ Qué pena ver tantos arbolitos carentes de la Sagrada Familia con su Niño Jesús..!!


La sociedad actual en su afán por borrar y atacar las creencias y religiones, ha optado por vender a un sonriente viejo gordo, inventando por el consumismo, con venados, un trineo, regalos materiales, y si acaso reunir a la familia en una mesa, en el mejor de los casos;  pues en otros, hay más divisiones y descontentos que  amor de hermanos. Y se crea tanta tensión en estas fechas, que los ánimos dejan de ser lo que debía sentir un cristiano al recibir el nacimiento de su Redentor.


San Nicolás entró por primera vez en la cultura popular estadounidense a finales del siglo XVIII en Nueva York, cuando las familias holandesas que aquí vivían, se reunieron para honrar el aniversario de la muerte de San Nicolás, un santo que sí existió [ 'Sint Nikolaas', 'Sinter Klaas' para abreviar. ' Santa Claus' toma su nombre de esta abreviatura].    Fue el gran autor estadounidense Washington Irving quien popularizó el nombre de Santa Claus en su obra satírica ''Historia de Nueva York.'' El nombre procedía del original  Sinterklaas de los colonos holandeses.

 

A finales del siglo XI, las reliquias del verdadero   San Nicolás fueron trasladadas a Bari, en el sur de Italia.  Su culto se inició en el norte de Europa en la época de las Cruzadas,  particularmente en Lorena, de la que se convirtió en santo patrón en la Edad Media.   Se le atribuye un milagro en particular: liberar  la ciudad de Nancy, capital del Ducado de Lorena, de sus asaltantes borgoñones.  La basílica de Saint-Nicolas-de-Port, situada a unos diez kilómetros de Nancy, le fue dedicada en el siglo XV.   Hoy en día todavía se puede admirar la representación en vidriera de Nicolás  llevando una cruz y una mitra de obispo.   La ciudad de Port, ahora llamada  Saint-Nicolas-de-Port  y famosa por sus ferias y mercados, extendió el culto a San Nicolás mucho más allá del Ducado, hasta Alemania, Bélgica, Polonia y los Países Bajos, donde llegó a ser conocido como Sinterklaas [St. Claus].

 

Debemos pues aclarar también que  Papá Noel siempre puede venir a la ciudad durante las fiestas, pero los símbolos religiosos que acompañan la temporada navideña  no siempre son bienvenidos.  En la mayoría de los casos, la Primera Enmienda  no juega el papel de Scrooge con las decoraciones festivas. Sin embargo, como ocurre con muchas cuestiones constitucionales, las decisiones judiciales han hecho que la ley sea un poco  turbia. 

 

Si bien los árboles de Navidad, las luces de colores, los renos y los muñecos de nieve  siempre recibirán luz verde, no hay una respuesta clara con respecto a las exhibiciones religiosas, como  es la Navidad,  y las Menorás,  en propiedad pública.    Sin embargo, según los precedentes existentes, una exhibición festiva que  incluya símbolos de diferentes religiones y símbolos seculares de las festividades,  probablemente sea constitucional. 



Pero eso sí,  en esta sociedad tan superficial,  materialista y consumista,  queremos un regalo que haya costado mucho, cuando los mejores regalos son gratis:  la unión de la familia y amigos, y aceptar a Cristo como Nuestro Salvador y poder expresar con libertad lo que creemos y sentimos...  Es una pena que no sepamos que hay tantos lugares en el mundo donde  las  dictaduras no permiten que  se celebre la Navidad, y se ataca a las personas religiosas o que son cristianas, incluso asesinándoles.   Ser cristianos no es solo poner arbolitos y luces, renos y St. Claus, es vivir a la manera de Cristo.


Pero  en nuestro hogar,  propiedad privada,  y pongo mi caso, pongo arbolitos y luces, junto a una Natividad o Nacimiento, tanto dentro de mi casa como en mi  jardín,  porque para mí  tienen orígenes religiosos y no paganos, y muestro al mundo  libremente,  el gozo que siento de reconocer y aceptar a mi Salvador: Cristo Jesús,  que nace cada año para nosotros.   Lo   más importante, es leer la Biblia y conocer de  Su  Trayectoria y Palabras,  y vivir de acuerdo a sus enseñanzas.   De nada sirve  decir que soy cristiana, y poner todas las luces que quiera,   si mi vida no refleja  la luz principal,   la  del  Amor de Dios y  Su  Llegada al   mundo siendo un bebito en un pesebre, pero  para  salvarnos al final con su propia  sangre y vida.   Tan solo por eso, es que pongo mi arbolito y mis luces,  no por  paganismo  ni  motivos seculares, sino por FE, y por esa fe, existo para Dios y para todos. 

 

 

 

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