MENARQUÍA
Xiomara J. Pages
Mayo 12, 2021
Un día como hoy, pero Mayo 12, 1962, a la edad de recién cumplidos mis 12 años, tuve mi Menarquia (*). Fue un viernes que por alguna razón no teníamos clases en el colegio.
Recuerdo que mi hermana y yo habíamos tenido una amigable pero energética lucha de almohadas entre las dos al despertar, interrumpida por mi madre que nos llamaba a asearnos y tomar el desayuno.
Cuando entré al baño, a pesar que ya algunas amiguitas comentaron en el colegio de este hecho que nos tocaba a las mujeres, grité alarmada a mi madre. Ella acudió a explicarme, que era algo normal y que pasaría cada mes. . Me dijo que ahora tenía que ser más recatada y cuidadosa aún, sobre todo con los chicos, pero sin más explicaciones. Como en la Cuba Castrista carecían muchas cosas, pues tampoco habían toallas sanitarias, así que mi madre cortó en pedazos un par de toallas de baño viejas, y cada día había que lavar y colgar en el patio los paños para reusarlos por varios días. Y luego cada mes se repetía el mismo proceso. Fue un gran alivio cuando a los 18 años llegué a Miami, y vi todo lo que había en farmacias y mercados para estos cuidados femeninos.
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En nuestra sociedad aún nos reprimimos de hablar de ello, de cuando el cuerpo de una mujer se hace fértil, así preferimos celebrar una fiesta de quinceañera ó de 16 años para decir que ya la niña es una mujercita, y presentarla en sociedad, y en ocasiones hacen fiestas tan grandes como bodas, pero sin un significado valioso ni simbólico, pues sigue siendo un tabú. En otras culturas, sin embargo, celebran rituales y danzas, ceremonias para celebrar este hecho.
Algunas ceremonias consisten, en hacer un círculo con las personas más cercanas a la niña [madre, hermana, abuelas, tías, etc.] con quienes ella se sienta en confianza.
En el centro de ellas, se crea un pequeño espacio, y se ponen objetos simbólicos que representan esta transición traídos por las madres y abuelas. La niña, y sus acompañantes, ponen los objetos que son "importantes para ellas, que consideran que las conectan con su feminidad y con el sentido de ser mujer". El grupo todo medita unos minutos para conectar la tierra y el útero. De esa forma también bendicen los antepasados femeninos en cada ritual. Se reparten algunos regalitos sencillos como recordatorios, y se come y se bebe. Es tratar de hablar de ello con las niñas, sin vergüenza ni miedos, sobre todo con la guía de sus madres y abuelas, y ellas comprendan la nueva etapa y la responsabilidad...
''Les explicamos que las mujeres, durante el mes, tenemos días con más energía y otros con menos, que todo está bien, que no somos 'raras' ni 'difíciles' por eso" ... enfatiza Maribel Castaño organizadora de estos ritos, en Templo Femenino, mientras asegura que ... "cuando una niña es consciente de que sus emociones, sentimientos y energía cambian durante el mes, vivirá este proceso de una forma más plena y le ayudará a aceptarse y a conocerse mejor". [Castaño es nacida en Colombia, y vivió y trabajó durante varios años en Estados Unidos, así como también en Madrid y Barcelona. Hoy en día reside en la hermosa isla de Mallorca, y realiza rituales femeninos aprendidos en la India con el Yoga, no solo de la Menarquía sino de embarazos y fertilización, entre otros].
En Estados Unidos y en Japón celebran las llamadas, ''Fiestas Rojas'' pero la trivializan como hacen con los ''Baby Showers.'' Sin embargo, los indios americanos Apache y Navajo, celebran varios días, con cantos, bailes, comidas, regalos, y muchas bendiciones para su nueva vida como mujer.
El silencio sobre la menstruación se debe a que ''la mayoría de hombres y mujeres tienen una relación negativa con la sangre menstrual, la ven como algo sucio y maloliente. '' Vemos mucha sangre y violencia en la televisión y el cine, sin embargo, rechazamos algo tan natural y necesario para la humanidad, como lo es el ''Período Femenino." Y en América Latina, se le llama "'Estar enferma" o ""Estar Mala." y así siempre lo relacionan a algo malo ó indeseable.
No nos enseñan a ver la magia, la belleza, la emoción, el valor y la responsabilidad de la Menstruación, y el Plan Divino de Dios con ello. Las mujeres somos colaboradoras con Dios en la Creación de un ser humano. Es irónico que las feministas actuales incluso abogan por matar a una criatura dentro del vientre materno antes de que nazca, sea cual sea el tiempo de gestación del feto o bebé. La vida comienza en el momento de la concepción.
Sería bueno que la mujer tomase conciencia, y ocupara un lugar más elevado de respeto, no solo de la igualdad tan cacareada, sino que se suba la Menstruación y por tanto la Maternidad, a un nivel muy superior cerca al nivel de Dios, pues somos pro-creadoras.
El hombre debe ser educado para estar conscientes de los ciclos femeninos, comprenderlos, y apoyar a la mujer, y que sepa que su presencia masculina es importante, pero siempre con respeto y veneración hacia el sexo femenino. A fin de cuentas, TODOS hemos nacido de una mujer.
(*) Menarquia -o menarca-, es el término médico de la primera menstruación en una mujer, es decir la primera ovulación que se presenta cuando, biológicamente, tu cuerpo se prepara para ser madre, ocurren cambios tanto físicos, fi siológicos y psicológicos. Por lo general la primera regla, comienza entre los 12 y los 15 años de edad, aunque hay niñas que se desarrollan más temprano (a los 8 años) y algunas más que tardan un poco más en tener su primera menstruación. Menstruamos ya que dentro de nuestro vientre bajo se ubican los ovarios, que son glándulas sexuales femeninas responsables de contener en su interior a los óvulos; cada 28 días, cuando inicia tu ciclo menstrual, madurará un óvulo y si no es fecundado, el cuerpo se encarga de expulsarlo en una pequeña hemorragia llamada menstruación. Comenzamos con la Menarquia y finalizamos con la Menopausia más o menos entre los 40 a 50 años de edad.
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