MUJER DE CORAJE Y APÓSTOL DE LOS
APÓSTOLES Confusiones con Maria Magdalena.
Xiomara J. Pages
Mayo 15, 2023.
A menudo he escuchado la confusión de cristianos y hasta de sacerdotes en sus homilías sobre este personaje de la vida de Jesús.
Que si María Magdalena era la hermana de Lázaro el resucitado; que si era la adúltera; que si era la prostituta de Magdala; que si fue la que rompió el frasco de perfume para lavar los pies de Jesús y secarlos con su pelo, y hasta los más osados, desinformados, cínicos y herejes, la llaman la esposa o mujer de Jesús.
Por eso me dí a la tarea durante varias semanas, de buscar artículos y fuentes del vaticano, de otros teólogos y profesores y estudiosos sobre la biblia y las escrituras de nuestra fe, por todas partes del mundo, para escribir este artículo.
María Magdalena no era ni pobre ni prostituta, era una mujer rica, que ayudaba a Jesús y a todos los apóstoles, y siguió a Jesús junto con los otros apóstoles y sabemos que fue la primera en ver a Jesús resucitado e informarle la noticia a los otros apóstoles.
La ciudad de Magdala era una ciudad judía, situada en la orilla occidental del lago de Genesaret, que floreció antes y después del nacimiento de Cristo y tenía importantes construcciones portuarias que incluían una gran torre, eso dió origen al nombre de la ciudad: Magdala que significa precisamente “la torre” aunque también Megaddlela quiere decir cabello trenzado y según el Talmud, se refería a mujeres que se arreglaban mucho , sugiriendo prostitutas. Esa localidad era conocida en el mundo greco-latino como Tariquea y como toda zona portuaria, tenía muchas tabernas y prostíbulos.
Fue allí donde vivió una María, que le llamaban María Magdalena o María de Magdala con pelo largo y trenzado, la cual fue poseída por 7 demonios, que le fueron expulsados. Pero fue el Papa Gregorio I Magno, en 591, en una de sus homilías quien proclamó
“Aquella a quien el evangelista Lucas llama la mujer pecadora es María Magdalena de la cual son expulsados los siete demonios, y ¿qué significan esos siete demonios, si no todos los vicios?”
Esta versión poco fundada, permaneció por siglos, señalando a María Magdalena como una mujer que poseía no solo un vicio, sino la suma de todos los vicios de que son capaces los seres humanos. Y para dar más justificación a esta afirmación, la pobre María usaba su pelo trenzado, y venía de Magdala, ciudad con gran cantidad de burdeles.
A María Magdalena se le puede confundir con otra santa del Siglo V, “Santa María Egipcíaca”, que si fue prostituta y luego se retiró a expiar sus culpas en el desierto. De ahí que muchos artistas pintaron en la confusión a María Magdalena como la prostituta sola en una caverna en el desierto. Pero es la devoción a María Egipcíaca en el desierto la que se realiza en el Sur de Italia, y nada tiene que ver con María Magdalena o María la de la ciudad de Magdala, la cual solo fue presa de siete demonios que le fueron expulsados y no hay seguridad ninguna de que fuera prostituta precisamente.
Sin embargo, fue ella fue el apóstol de los apóstoles, fiel al pie de la cruz, junto a la Virgen María, Madre de Cristo, y junto a Juan el evangelista. Ella fue quien primero vio a Jesús resucitado, cuando ella se acercó al sepulcro junto a otras mujeres, María la de Santiago y Salomé con aromas para ir a embalsamar a Jesús. ''Y, muy de mañana, al día siguiente del sábado, llegan al sepulcro, salido ya el sol. Y se decían unas a otras: ¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?"(Mc). Iban llenas de amor, habían observado todo con detalle.
"Y al mirar vieron que la piedra estaba apartada; era ciertamente muy grande. Entrando en el sepulcro, vieron a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca, y se quedaron asustadas. El les dice: No tengáis miedo; buscáis a Jesús Nazareno, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar donde lo colocaron. Pero marchad, decid a sus discípulos y a Pedro que él va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis, como os dijo. Y saliendo, huyeron del sepulcro, pues estaban sobrecogidas de temblor y fuera de sí; y no dijeron nada a nadie, porque estaban atemorizadas"(Mc).
"María estaba fuera llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba se inclinó hacia la concavidad, y vio a dos ángeles de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies, donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. ellos le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les respondió: se han llevado a mi Señor y no sé donde le han puesto. Dicho esto, se volvió hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dijo Jesús: Mujer ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y lo recogeré. Jesús le dijo: ¡María! Ella, volviéndose, exclamó en hebreo: ¡Rabbuni!, que quiere decir Maestro. Jesús le dijo: Suéltame, que aún no he subido a mi Padre; pero vete a mis hermanos y diles: subo a mi Padre y a vuestro padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Fue María Magdalena y anunció a los discípulos: ¡He visto al Señor!, y me ha dicho estas cosas"(Jn).
Ella lo vió antes que nadie. Ella fue la primera. Como vemos, el rol de María de Magdalena no fue menor, es la encargada de proclamar el “Kerigma”, es decir, anunciar que Jesús muerto había resucitado, el punto focal de la fe cristiana. Por este anuncio a los discípulos de Jesús, se convertirá en apóstol. Y fue Tomas de Aquino el primero en mencionarla como: “Apóstol de los apóstoles”.
Cabe decir, que Pedro negó a Jesús tres veces,
San Pablo perseguía cruelmente y mataba a los cristianos antes de convertirse aún después de muerto Jesús, y hoy no les recordamos por esas faltas pirncipalmente, sin embargo el estigma que le impuso el Papa Gregorio a María Magdalena, perdura hasta nuestros días desde siglos.
¿ Por qué? me pregunto yo. Tal vez porque en aquellos tiempos la sociedad tan machista, no le daba a la mujer su justo valor, aún cuando una mujer, María, dio a luz al Salvador. Y fue una mujer quien primero vio a Jesús resucitado. Y no me considero Feminista porque ese movimiento a mí no me representa.
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Otra confusión es que piensan que la Adúltera a quien le querían tirar piedras como era la costumbre antigua, era María Magdalena y no es así. Jesús pronuncia una de las frases más celebres “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra." Pero esa no fue María Magdalena, ni siquiera se menciona el nombre de la adúltera en la Biblia. Pero siguen con el error.
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Otra confusión es creer que era la hermana de Lázaro, el amigo de Jesús al cual Cristo resucitó cuando llegó a verlo enfermo, y lo encuentra muerto y enterrado.
Marta y María son las hermanas de Lázaro, todos ellos de Betania. María siempre atenta a la Palabra del Señor, mientras que Marta siempre ocupada en la casa y los quehaceres, no presta atención a Jesús cuando visitaba a los tres hermanos y les predicaba.
«Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo:—Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!— Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará» (Lucas 10:38-42).
Esa era pues, María de Betania. Marta y María eran hermanas de Lázaro que fue resucitado y que llegó a ser Obispo de Betania. Y sobre esto, habría que hacer otro escrito, pues hay otra confusión con ese Lázaro, el verdadero Lázaro, pues el Lázaro de las Muletas, no es real, es un personaje de una de las parábolas o historias de Jesús para explicar y predicar el Reino de Su Padre, era un personaje de un cuento o parábola. Esa confusión surgió en Alemania y fue traída a la América luego. Y hay muchas otras confusiones de Lázaro a través de la historia de la Iglesia. Es por eso tan importante leer y estudiar en las fuentes fidedignas.
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Tampoco era María Magdalena la que rompió un frasco de perfume para lavar los pies de Jesús. Ni era tampoco María de Betania (la hermana de Lázaro el resucitado) como han dicho, ni se sabe si era una prostituta o no quien le lavó los pies. Son todas personas, mujeres diferentes, aunque muy erróneamente el imaginario popular y las tradiciones equivocadas -originadas en la homilía del Papa Gregorio Magno, que unificó lamentablemente todos los pecados en ella- , a todas estas mujeres las ha asimilado a una sola: María Magdalena, la pecadora arrepentida.
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En la actualidad han surgido diversas teorías sobre que María Magdalena era la “esposa de Jesús”. No existe ningún pasaje, ni en los evangelios canónicos ni en los apócrifos, que permita afirmar eso. Para los estudiosos del Jesús histórico es una posibilidad que ni siquiera merece ser tomada en serio en absoluto.
Pero las teorías sobre Magdalena van más allá y muchos afirman que era
la depositaria de una tradición cristiana de signo feminista que habría sido
cuidadosamente ocultada por la Iglesia. Estas conjeturas fueron desarrolladas
en los libros “El enigma sagrado”, de Michael Baigent, Richard Leigh; y “La revelación de los templarios” de Lynn
Picknett y Clive Princey. En estos se menciona, además, una dinastía
fruto de la unión entre Jesús y María Magdalena. Luego, esas
figuraciones fueron expuestas por Dan Brown en el “Código Da Vinci” y por Peter
Berling en “los hijos del Grail” las cuales son SOLO NOVELAS DE FICCIÓN carentes
en absoluto de asidero histórico y razonabilidad historicista, y las han llevado a la pantalla como ciertas aunque son basadas en falsedad y sin evidencias.
También se menciona, con mucha asiduidad, el “Evangelio de María Magdalena” -un texto apócrifo gnóstico-, como si fuera indiscutible sobre la relación de Jesús y María Magdalena. Ninguno de los tres pequeños fragmentos -dos muy breves en griego y otro más extenso en copto- hace mención del autor de este evangelio. El nombre que tradicionalmente reciben estos fragmentos se debe a que se cita en el texto a una discípula de Jesús llamada María, que la mayoría de los especialistas identifican con la María Magdalena que aparece en los evangelios canónicos. Pero nada más.
“A veces los biblistas que se dedican a buscar cualquiera de las obras que hasta el momento se dan por perdidas, o a publicarlas, no se ven libres del efectismo. Y por supuesto, aunque no colaboren con ella, la prensa disfruta con el sensacionalismo. Si se me permite generalizar con una cierta dosis de cinismo, los lectores que no tienen interés en lograr a través de los evangelios canónicos un mayor conocimiento de Jesús, parecen embelesados ante cualquier nueva obra que venga a insinuar que Jesús bajara de la cruz, se casara con María Magdalena y se fuera a la India a vivir tranquilamente” nos dice en su libro “101 preguntas y respuestas sobre la Biblia” el sacerdote Raymond Edward Brown -académico experto en exégesis bíblica y uno de los primeros académicos en aplicar el método histórico-crítico a las Sagradas Escrituras, presidente de la asociación bíblica católica, de la sociedad de estudios del nuevo testamento, miembro de la comisión «Fe y Constitución» del consejo ecuménico de las Iglesias y miembro de la pontificia comisión bíblica.
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Pero las cosas en la Iglesia de Occidente comenzaron a cambiar para la imagen de María Magdalena. En 1969 el papa Pablo VI retiró del calendario litúrgico el apelativo de “penitente” el cual le era adjudicado tradicionalmente.
En 1988, el papa san Juan Pablo II, en la carta “Mulieris Dignitatem”, se refirió a María Magdalena como la “apóstol de los apóstoles” y señaló con mucha claridad que durante “la prueba más difícil de fe y fidelidad” que fue la crucifixión de Jesús “las mujeres demostraron ser más fuertes que los apóstoles”.
Y el 10 de junio de 2016, la congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos publicó un decreto por el cual se eleva la memoria de santa María Magdalena al grado de fiesta en el calendario romano, por expreso pedido del Papa Francisco, equiparando el grado de su festividad a la de los Apóstoles. La fiesta de Santa María Magdalena se celebra el 22 de Junio.
Quedémonos, pues, con la declaración del Papa Juan Pablo II y de Tomas de Aquino, quienes se refieren a María Magdalena como ''mujer de coraje y apóstol de los apóstoles”. Esa es su mayor gloria y su corona, lo que no es poca cosa, y dejen de llamarla la prostituta o la pecadora arrepentida.
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