MIS ANÉCDOTAS que comparto con todos.
Xiomara J. Pages
Octubre 21, 2022
El otro día me escribía a través de estas redes sociales, alguien que conocí de niñito en Costa Rica, Centro América, donde viví casi tres años, recién casada... ese niño era de una familia numerosa a la que adopé como si fuera la mía. Su hermana trabajaba en mi casa de empleada, pero llegó a ser mi mejor amiga en ese país, ya murió de cáncer hace un poco tiempo atrás. Esa familia vivía en una zona o cantón rural, donde mi Ex esposo ejercía de médico en su servicio social antes de abandonar al país donde había estudiado la carrera.
Ibamos con todos los hermanos de esa familia en paseos, y compartíamos muchas cosas. Los más pequeños los llevábamos al centro a la capital en nuestro carrito VW (Volkswagen) , con el permiso de sus padres, que confiaban en nosotros.
Les compramos juguetes, ropa y cosas ricas de comer que nunca habían probado....
Luego de tener a mis hijos, los llevamos en vacaciones, a conocer ese país que amo tanto como a Cuba, y a EEUU...porque allí dejé parte de mi corazón con todos ellos. Y allí pasé mis 50 años, donde me dieron serenatas con guitarras, una costumbre que adoro, y una media teja con un billete de 50 colones (su moneda) que aún conservo en mis estantes..
Uno de los más chicos con el que hablaba, me agradecía hoy ya siendo un hombre y padre, el cariño y las atenciones que tuve con él y sus hermanitos cuando eran pequeñitos, y cuando yo aún no era madre y los llevamos a la capital, o los visitábamos o traíamos a casa. Ya ven esas acciones ellos ahora de adultos no las olvidan. Todo el amor que uno puede dar debe darlo.
Ellos fueron mis queridos niños en aquel tiempo, y yo les ofrecí fiestas el Día del Niño en Costa Rica el 9 de Septiembre, y les invitaba a almorzar en casa antes de caminar por las montañas para llegar a donde vivían en El Bajo... les regalamos juguetes, y hasta allá fuimos también a visitarles y alegrarles.. E hice mucho igualmente por otros niños y ancianos que pude ayudar y acompañar, compartir y consolar, y reír. Y visitaba las escuelas y personas mayores en asilos o en sus casas.. Di de comer a los más pobres y necesitados, sobre todo mi amor y mi compañia.
Ese muchacho hoy se acuerda de todo eso. y me lo agradece.. Allí entonces tenía apenas 26 años yo , hoy ya casi llego a los 73. Y ya ven que lindo es recibir esas palabras de gratitud. Son como el rocío que cae sobre las flores y las plantas o la tierra.
NO SE CANSEN DE HACER EL BIEN, DIOS LO TIENE TODO EN CUENTA.
Xio.
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