MIS ANÉCDOTAS CALLEJERAS:
Desayuno
con una madre y sus dos hijos @ McDonald
Xiomara J. Pages
© Septiembre 20, 2023
Hace apenas unos nueves meses, desde Diciembre de 2022, compartí un fin de semana, con algunas mujeres ya conocidas de mi parroquia de Good Shepherd, y conocí un nuevo grupo, en un retiro para mujeres del Movimiento de EMAÚS.
De las que dormíamos en literas en un cuarto asignado en la ''Casa de Retiros Monseñor Agustín Román,'' hice una lista con nombres y teléfonos, y le llamé ''Emaús-Dorm,'' y otra lista con las que compartimos en la misma mesa luego de las conferencias y charlas, y la llamé ''Emaús-Mesa.'' Otros teléfonos de mujeres ayudantes del equipo que nos orientaba en el fin de semana, les anoté igualmente como "Emaús-Equipo.''
En nuestra parroquia, hacen reuniones los Martes, y asistí a un par de reuniones, pero como le expliqué a nuestro párroco, y a muchas de ellas, hago mi apostolado y evangelización, en otros campos lejos de la iglesia, donde sé bien que hago la diferencia. No obstante de vez en cuando me mantengo en contacto con la mayoría de ellas, por medio de textos y llamadas.
Al principio una de ellas del dormitorio, una señora venezolana, me pidió ayuda en cuestiones de papeles, y le orienté, invitándola a un café y merienda en casa. Luego otra más joven, nicaragüense, madre de dos niños, nos comenzamos a enviar textos a menudo, recomendándonos filmes y series, libros, e información sobre santos y conferencias de crecimiento y espiritualidad católica, etc. En ocasiones nos tropezamos a la salida de misa los domingos, al igual que me encuentro con muchas otras de ese retiro, y es muy agradable re-encontrarnos.
Estoy tratando de hacer una reunión en casa con el grupo que compartimos dormitorio, y en otra ocasión hacer una reunión con las que compartimos mesa, luego realizar otra merienda con las coordinadoras del equipo de ese retiro en particular. Pero mientras, seguimos en contacto por el teléfono con varias de ellas, hasta poder coordinarlo. Todas estamos muy ocupadas, sobre todo las más jóvenes que aún trabajan en la calle, y otras retiradas, con turnos médicos y demás.
Pues bien, esta madre joven nicaragüense, ya ha estado en mi casa antes, en una merienda, y conversamos y compartimos muchos intereses mutuos. Luego en otra ocasión, al leer mi artículo de ''Anécdotas Callejeras,'' mencionando mis convivencias en el McDonald que nos queda cerca a ambas, decidimos reunirnos allí para un desayuno. Y hoy lo cumplimos, y no solo estuvimos nosotras dos, sino que ella vino con sus dos hijos.
Les explico, los niños vinieron con ella, pues su madre les da clases en casa (Home -Schooling ), y este desayuno fue parte de una especie de Field-Trip o Excursión para ellos en su período de clases, el compartir con una escritora y periodista (Yo). En la merienda anterior fuimos solo la madre y yo, dos adultas, esto de hoy era algo diferente y especial, los niños fueron lo más importante.
Como tengo un poco, alma de maestra, les hice preguntas, y ellos a mí. Ambos, el niño de 9, y la niñita de apenas 6, se sintieron muy a gusto, de que una persona mayor intercambiara con ellos tanta información y se interesara en conocerlos, pero no con chiquilladas ni ñoñerías, sino con madurez. Su madre interrumpía en ocasiones con sus comentarios bien recibidos, muy sabia y capaz, y permitió a los niños expresarse a sus anchas conmigo.
El chico de 9, muy maduro para su edad, toca piano, dibuja, le encanta leer y conversamos de muchos libros que le mencioné y ya ha leído, y le gusta escribir, y ver filmes con contenido inteligente, de acuerdo a su edad, aunque yo estimo su nivel es más alto para sus 9 años. Incluso me dijo que ya iba por el quinto capítulo de uno de mis libros que leía, sobre mi hija Sandra, y me manifestó su pena por la enfermedad y muerte de mi hija. Me pidió consejos para ser un escritor, y le dije, debía leer mucho como ya lo hace, y escribir todo lo que experimente y vea, sobre todo de lo que conoce de su familia, y lo que le rodea. Me dijo que le gustaría leer mis otros libros.
La chica de 6, con un lenguaje más aniñado, agregaba sus anécdotas y juegos, sus muñequitos y su perro en casa. Incluso con toda naturalidad me preguntó como una adulta, - ¿Es usted Doña Xiomara, es católica? ... Le dije que Sí y me sonrió contenta.. Se me acercaba para que le abrazara, una monada de chiquilla.
Ambos niños se veían calmados, alegres y con mucha estima y confianza, nada presionados ni apurados por irse, ellos disfrutaban esta conversación tanto como su madre y yo, algo que ya no se ve mucho en esta sociedad ni en las familias.
Ambos hablan Inglés y Español, y comienzan a experimentar con otros idiomas, incluso el Latín. Escriben no solo en molde, sino letra cursiva.
Creo que esta madre tiene mucho mérito, pues lo demuestra el comportamiento y la conversación de sus hijos, que durante dos horas, sin darnos apenas cuenta el tiempo corrió. El niño quedó en seguir mis consejos y que lo que escribiera me lo compartiría para que le diera mi opinión. Yo quedé en visitarlos en alguna ocasión, o incluso junto con su madre, haríamos de nuestros encuentros, una que otra excursión (field trip) que les ayude en su excelente educación. Y yo al igual que hice con mis hijos, y hago con mis nietos, presta a ayudarles en su educación.
Necesitamos más padres de familia comprometidos en la educación de sus hijos, pero no solo en pasar grados, o tener calificaciones, sino EDUCARLOS para ser ciudadanos que aporten a la sociedad en todo sentido, que sepan vivir en comunidad, que conozcan las virtudes, el bien y el mal, y no estudiar para ganar tan solo un sueldo.
Me siento satisfecha de tener en mi jardín de amigos, dos nuevas amistades, la de un niño de 9, tan inteligente y receptivo a aprender, y una niña de 6, tan amorosa y dispuesta a compartir su presencia y esencia con tanto cariño.
Es ahí donde radica la educación de los niños, en que crezcan confiados y felices, y no darles tantos regalos materiales o electrónicos, no es solo darles ropa y zapatos, y cantidades de juguetes y cosas, y viajes, sino lo más grande, que nadie les puede arrebatar, lo que aprenden, dándole valor a la educación, valores y raíces, auto estima, confianza en la vida para que sepan elegir y sean verdaderamente felices para ellos mismos, no solo lo que espere el mundo, o papá o mamá, sino que desarrollen sus talentos, sus capacidades, y la misión que traen de Dios al nacer, sin egoísmos, con amor a Dios y a sus semejantes. Incluso me emociono, pues su madre me llamó, un rato después para decirme que el niño ya estaba poniendo en práctica mis consejos, escribiendo sobre la experiencia del encuentro de hoy. ¡ Bendito sea Dios!!!