Tuesday, January 6, 2015

Día de Reyes: Mís Recuerdos del Ayer.



Día de Reyes: Mís  Recuerdos  del  Ayer.
Enero 6, 2015
Xiomara J. Pages




Recuerdo con cuánta ilusión nos acostábamos mi hermanita y yo, el día anterior a la Epifanía del Señor...y dejábamos una cestica con yerba, maíz, y hasta leche algunas veces,  para los famosos 3 reyes Gaspar, Melchor y Baltasar,  y sus camellos,  que vendrían cansados  desde el Oriente, a  visitar tantas casas de niños por el mundo... Si no te portabas bien, tal vez encontrarías un saco con carbón (así nos decían, pero casi nunca sucedía, jajaja).  

Era la Cuba republicana, la Cuba de mis recuerdos de niñez y juventud antes de caer en la destrucción total en que aún se encuentra desde 1959.   Después de los días de Nochebuena y Navidad,  con toda la familia alrededor de mesas que  improvisábamos con tablones largos y bancos y sillas, con el lechoncito asado  en el patio de casa, éramos los niños los más ansiosos en Enero 5 para irnos a dormir, y despertar con los regalitos de los 3 Reyes Magos.   

Mi  padre que era el mayor de su familia  paternal, hacía una lista de todo lo necesario para la cena de Nochebuena,  y luego cada núcleo familiar, contribuía con algo.  Vivíamos al lado de  Tía Carmela (una tía de mi padre) y su hijo Pepe, traía  la  Vitrola  de su negocio de Cafetería en Jacomino,  y teníamos la mejor música de aquellos tiempos.


El arbolito de Navidad de mi casa, era natural, pero diferente a los de acá  en Estados Unidos, y no olía como los de aquí, simplemente no olía a nada.  Generalmente era  un pino flaco de esos que nacen por las áreas de las playas del norte de la Habana, como linda  isla  antillana  que es nuestra Cuba.  En casa lo decorábamos con las bolas de navidad que mi madre guardaba año tras año, y no teníamos ese descontrolado deseo de comercialismo.  Se intercambiaban  postales de Navidad, y algunas con fotos de la familia.  En mi casa  dábamos  una  con una foto de mi hermanita y mía  juntas, que éramos el orgullo de nuestros padres.  



El Arbolito se ponía en la sala  durante los primeros días de Diciembre, y se nos explicaba el verdadero significado de la Navidad, el nacimiento de Nuestro Señor Jesús,  el viaje  sobre un burro,  para el  enpadronamiento, y el sacrificio de la Virgen  al parirlo en un pesebre  de Belén,  después de tocar puertas, pidiendo  hospedaje,  bajo la protección del  noble padre putativo que fue San José.

Mi hermana y yo, siempre prestas al canto en los actos cívicos al final de la semana en la  escuela,  todas las noches luego de cenar y terminar tareas  ó actividades, nos sentábamos en aquellos silloncitos de madera y rejillas  que casi  todos  los niños en Cuba  tuvieron,  y cantábamos villancicos conocidos de Navidad, para alegrar a la Sagrada Familia.   Mientras, nos comportábamos de lo mejor, para que al igual que el Bebito Jesús, recibiéramos regalos de los Magos de Oriente, el 6 de Enero.


Mi padre nos amaba inmensamente.  Éramos como siempre nos  decía,  "Las Niñas de  Mis Ojos."    Él trabajaba turnos de madrugada en guaguas (Ómnibus Aliados  en La Habana, en la Ruta  10-11  que iba de Jacomino (San Miguel del Padrón)  al Vedado.  Casi siempre coincidía  el tenerse que  levantar  a las 3  ó  4 de la madrugada  para salir  a trabajar en la madrugada del  6 de Enero, pero no se quería  perder por nada del mundo las caritas de sus dos hijas  al levantarse y ver los regalos.

Fue mi padre quien nos enseñó a rezar, a orar todas las noches, y nos habló de Dios.  Mi  madre lo secundaba, pero él   fue siempre el primero.  Nos enseñó canciones  al Niño Jesús,  nos comunicó  su amor a la Virgen María y su respeto a San José.    Ambos padres nos transmitieron  su gran  fe, en mi hogar siempre se oraba, se bendecían los  alimentos,  se daba Gracias a Dios por todo, y no se hacía  ningún plan, sin antes decir..."Si Dios quiere."....se pedía la bendición  paternal y maternal cada noche antes de acostarnos.   


No frecuentábamos las  misas los domingos, pero    íbamos algunas veces  a ellas con mi abuela  paterna y en ocasiones especiales, con mis padres.  Nos dieron una base  Católica,  pero  sin exageraciones  ni  fanatismo.   Nos  bautizaron,  hicimos la Primera Comunión, y para ello,  fuimos  a  clases de Catecismo.   Mucho más tarde,  ya en  Miami, adultas,  hicimos también la Confirmación,  y ambas nos casamos por la Iglesia.   Pero  el  legado mayor que nuestros padres  nos dejaron  fue su inmenso amor,  el amor a Dios y a nuestros semejantes,  la Fé,  el optimismo,  las fuerzas de luchar y la alegría de amar y de vivir.   Nos dieron  con su  ejemplo , la mejor de las lecciones,  ayudar a todos,  amarlos, y  mucho más  al que nos necesita .  Son lecciones de vida,  que  todavía  a mi edad,  siendo abuela, me siguen ayudando a  vivir mejor y  a   comunicarle a mis hijos y nietos,  esas  enseñanzas.


En Cuba no se daban regalos a los adultos, es decir, algún detalle tal vez, para los anfitriones del hogar,  pero eran los niños los que recibían juguetes y regalos el día  de Epifanía.  De la misma forma que el el Día de San Valentín,  14 de Febrero,  era sólo para parejas de novios, enamorados o esposos, no como  hoy en día que  dan regalos para todos,  por ser  el  Día del Amor y la Amistad.  El comercialismo y el consumismo  han hecho a muchos caer en este error, olvidando que el mejor regalo de siempre  es amarnos los unos a los otros,  sin condiciones  y dándose a  sí mismo a los demás sin egoísmos.


Pues bien, mis padres escondían los regalos en casas  de familiares  y  vecinos.  Una vez que mi hermana y yo  nos dormíamos,  ellos no se acostaban,  trayéndolo   todo para la sala de la casa.    Antes de irse a trabajar en la madrugada, "Papi" nos despertaba,  y de un salto  salíamos de la cama, para encontrarnos  con caramelos  dentro de las pantuflas.   Salíamos corriendo, y  sobre el sofá   dividido  imaginariamente a la mitad, relucían  todos aquéllos regalos que no se envolvían con papel regalo.... a la derecha  los míos  y a la izquierda los de mi hermanita:    muñecas, costureros de bordar y coser,  muñequitas de papel (cuquitas) para vestir (nuestras favoritas),  temperas y acuarelas,  lápices de colores  (yo  era  la artista de la familia), rompecabezas,  etc.   Pero siempre habían,  libretas, libros para colorear  y de leer.   Ya después adolescentes,  Papi  nos compró  un tocadiscos  de maletica,  viejo y usado  (ya estaban  los Castros en Cuba y carecíamos de casi todo),  y nos despertó  con discos de música (aún lo recuerdo, mis favoritos argentinos, Los Cinco Latinos, con  Estela Raval,  cantando  "La Hora del Crepúsculo."


Se hacía en el mes de Diciembre, una carta a los Reyes Magos, que siempre comenzaba  así:   "Queridos Reyes Magos:  Ante todo, esperamos  que  se encuentren  bien,  y si estiman que nos hemos portado bien, y  les  alcanza, pues sabemos que  llevan juguetes a muchos niños  en el mundo,  quisiéramos  que nos  trajeran....."    
y la lista  era interminable, hasta que  llegábamos al final,   "...y todo lo demás que nos quieran traer.".. .jajajaja.

Generalmente  la carta  nos  la  escribía,  tomando nuestro dictado, el esposo de una prima (Héctor Zamora),  que con toda  intención y  picardía   nos aconsejaba pedir más, ...y mis padres lo miraban con ganas de ahorcarlo...jajaja.    Esa carta luego  se  sellaba, y se ponía debajo del arbolito para que la recogieran los Reyes, cualquier  noche  durante el mes de Diciembre  (eran  mis padres quienes la recogían y la guardaban en lugar seguro, para que no la encontráramos).     


Un día de Reyes,  se les olvidó  recoger  la leche y las golosinas que habíamos dejado a los  Reyes y  camellos,  y  mientras   mi hermana y  yo  llorábamos, Papi nos  consolaba  diciendo  que seguramente  estaban  llenos de comer  tanto  en otras casas.

Cuando mi hermana y yo ingenuamente mirábamos aquellos juguetes y regalos, no imaginábamos cuánto sacrificio les había costado a mis padres, pero  los apreciábamos y los tocábamos como si vinieran del mismo Cielo.  

Recuerdo cuando  aprendí  el Reloj,  Papi nos compró un Día de Reyes,  unos relojes  suizos, con números romanos,  el mío  con manillita verde, y el de mi hermana con manilla roja,  y  aún hoy  lo  guardo en un cofre. 

En otra ocasión,  nos puso una Enciclopedia,  "El Libro de Nuestros Hijos'  (su bolsillo  no llegaba  a comprar  el que otras  familias pudientes podían comprar que era  "El Tesoro de La Juventud')....pero éstos fueron  igualmente instructivos para nosotros....eran  unos tres tomos grandísimos, que mi hermana y yo devorábamos leyendo y donde aprendimos de muchos temas aún fuera de la escuela  para  sorpresa de muchos,  de Walt Disney, de los cuentos de Hans Christian  Andersen,  Los Hermanos Grimm, etc.  Lecturas muy importantes para nuestros pocos años .   


Mis padres nos proporcionaron un ambiente de aprendizaje,  a pesar que ellos fueron personas sin mucha cultura, pero con  un gran corazón y sabiduría  natural que les venía de Dios.   Papi se preocupaba de verme  leer tanto, de estudiar  siempre  aún  después de la escuela... y me enseñó a comer ostiones para " ...alimentarte el cerebro"  me decía.   Fue  frustrante  luego,   saber la verdad  de  que eran  ellos,   quiénes  nos  compraban  todos esos regalos,  con sus  limitados sueldos de trabajadores, pero la gratitud  fue  mucho  mayor al saberlo.   
  

Mi padre nos contaba como él siendo hijo de un campesino, a  veces no tuvo juguetes, y su madre les daba una moneda para una pelota , y con ésa,  jugaban juntos  él y  sus hermanos,  que eran  8  en total.    Mi madre igualmente,  siendo la más chica de  6 hijos de españoles,   huérfana  de padre a los 12,  no tuvo mucho tampoco.    Ellos sabían lo que era  pasar trabajos en su niñez y juventud.    Mas, sin embargo, mis padres  no  nos  criaron  ni a  mi hermana  ni  a mí, con  materialismo  ni  superficialidad,  tampoco  utilizaron  esa  frase  tan  trillada  de  "no quiero que mis hijos   pasen  ó  carezcan  de lo que yo no tuve..."  que  muchos  utilizan   equivocadamente  y  crían   hijos  egoístas  y  desagradecidos.   Mis padres nos enseñaron  el  verdadero  valor  del dinero,  la diferencia  entre el  SER y  el  TENER.   

Por eso, hoy Día de Reyes, agradezco  los regalos más grandes  que Dios y la Vida  me han dado:  Mi amor a Dios, al Prójimo, y a la Humanidad.   Pero  esos  regalos  me los  sembraron en el alma,  Mis Padres.   Ellos con su sencillez y ejemplo, y sus altos valores , fueron  y siempre serán,  Mis Héroes.


2 comments:

  1. Excelente te felicito por el escrito lleno de recuerdos y la nostalgia que expresas en tus letras, Gracias por compartir, Saluditos , Maria De La Gandara

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    1. Mi querida Xio: He leido con despacio y encantada acerca de tus recuerdos de Reyes. Muy lindo y aleccionador. Me hiciste regresar a mis dias de navidad. Gracias por tus palabras, que bueno que nuestra juventud leyera acerca de esto y pensaran en los grandes legados de sus familias, sin tildaras de pasadas de moda o mojigatas. Dios te bendiga!!!

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