Francisco Martin Pagés Valdés: Mi Suegro
de Xiomara J. Pages
Enero 30,
2015
Mi suegro: Francisco Martin Pagés
Valdés,
nació en Cayo Hueso, Florida, EEUU.
Un día como hoy , 30
de Enero, recuerdo su natalicio. Siendo un
niño ya huérfano de padre
y madre cubanos,
que preferían una Cuba
independiente y no
colonia de España y por eso vivían
en Cayo Hueso,
él regresó a Cuba.
Franky or Franklin, como le llamábamos, conocía bien Cayo Hueso y Tampa, donde
fuimos varias veces
con
él a visitar, y
siempre tenía anécdotas que
contar, y nos señalaba en Cayo
Hueso, el lugar, ahora un hotel, donde estaba la casita en que nació. Aparentemente sus padres, oyeron hablar de José Martí, por esos tiempos, ya que el Apóstol
cubano visitaba desde exilio, estas
regiones buscando ayuda para la causa de la libertad de Cuba. Franky
junto con su única hermana mayor y
su
cuñado español, Andrés, que era un comunista internacional, regresaron a Cuba.
Luego de vivir un tiempo en
Cuba, ya hecho un mozo
de 18, viajaron hacia España.
Allí vivió durante
la guerra civil española...donde
su cuñado lo inscribió en las filas del Partido Comunista, pero viendo los horrores
y planes que cometían y
conversaban los comunistas, Franky se
pasó a las filas de la derecha, del General Franco, al cual admiraba y consideraba fue lo
mejor para España.
Luego de un tiempo, regresaron de
nuevo a Cuba. El trabajó hasta desde estibador de barcos en el puerto,
y otros menesteres, hasta ser
dueño de fábricas de dulces en conserva, y era una
persona que sabía de todo y no le temía al trabajo por duro que fuera, aunque
tantos golpes de la vida, le hicieron un
hombre muy callado y sombrío. Creía en
Dios, pero no era
amante de instituciones
religiosas, ni de ninguna denominación.
Para él servir a los demás, era su credo, y lo llevó toda su vida
a cabalidad. Sin
embargo, complacía a su esposa, que fue
una católica practicante y la acompañaba a las misas y a todas las actividades religiosas que ella quisiera asistir.
Pero
ya un hombre joven y maduro, en Cuba, su hermana que era enfermera trabajó
en el hospital psiquiátrico de los hermanos Doctores
Galigarcía en la Habana, donde
conoció a mi suegra Beba (Genoveva Galigarcía), que era hermana de los doctores y trabajaba en la administración.
Una tarde al
recoger a su hermana, mientras
esperaba en el recibidor del hospital,
entabló conversación con mi suegra, y el resto es historia. Se casaron y la amó con toda su alma;
le llamaba "Chinita"
y "Bibi"...y le traía flores que
recogía hasta por la calle,
y en las aceras....así era de tierno
y cariñoso. Le hizo un banquito de madera,
para que ella pudiera subirse y alcanzar a los
gabinetes de la cocina, ya que mi suegra
era muy bajita. En una ocasión, se le apareció con una cafetera italiana de regalo,
era bien chiquitica de hacer
una taza de
café espresso, y cuando ella le
reprochó la compra, ya que
ellos apenas tomaban café, él le
respondió, "Ay, Chinita, la ví tan
chiquitica y linda
que me recordó lo chiquita que tú eres."
Ellos se casaron ya cerca de los 40 años de edad, y tuvieron un solo hijo, al
cual educaron , dándole lo
mejor siempre para que
estudiara y lograra una carrera.
Fue un hombre muy bondadoso que ayudaba a todo el mundo sin discriminaciones, y sonreía y bromeaba a su modo, pero era en extremo callado y muy sincero. No me escondo para decir, que lo quise mucho, mucho más que a mi suegra.
Me llamaba a veces, "La Niña" y nunca dijo que me quería mientras fui novia de su hijo, siempre comentaba, ....."pareces una buena chica, y espero que con el tiempo te aprenda a querer como a una hija" pero nunca me mintió. Y así fue, con el tiempo, nos quisimos mucho. Conmigo compartió cosas que no creo las haya compartido ni con mi suegra ni con su propio hijo.
Franky sabía hacer de todo en la casa, de electricidad,
de plomería...y cuando venía a casa siempre me preguntaba si necesitaba algo y me complacía.... que si esto, o una lamparita, aquí... un chucho eléctrico
allá... arreglar esto en la cocina, o ajustar una puerta...en fin..hasta me pedía todos mis calderos y ollas, y me los fregaba con un estropajito de
aluminio, que con la fuerza de su
puño, siempre me quedaban brillantes...Así era, y cuando quedó postrado con Parkinson en
una cama... por 8 años...él y mi suegra, vinieron a vivir 4 años con nosotros hasta su muerte, en
1988. Lo cuidé
y atendí como si fuera mi padre.
Cuando visito a veces el cementerio católico
y voy a orar a la tumba de mis padres, y los suegros de mi hermana, voy a la tumba de ellos también, y les pongo
flores, y me quedo un rato a
orar por su descanso, y agradecerle a Franky, tanto
amor y servicio , y que nos acompañen
y bendigan desde donde estén, a su hijo y a sus nietos, y a mí y
a su nieta especial, mi hijita Sandra.
No comments:
Post a Comment