Sunday, January 3, 2021

Mi Suegra Genoveva Galigarcía de Pages.¿fue bendición o maldición?

 Mi Suegra:  Genoveva Galigarcía de Pages.                                ¿fue bendición o maldición? 

aquí  les hago un análisis de mi propia experiencia

© Copyright, Xiomara J. Pages

Enero 3, 2021



Se habla mucho de las suegras, que si son buenas, que si se meten en todo,  que  si son celosas con la nuera o el yerno,  que si son dominantes, etc. etc.  En fin, que si son una Bendición o una Maldición.  Francamente,  creo haber tenido una suegra, en el término medio entre un extremo y el otro.  Y con el tiempo, supe valorar sus virtudes, a la vez que  olvidar o perdonar sus defectos.


Les confieso que la mía Genoveva Galigarcía Hernández, fue muy buena mientras yo era novia de su único hijo, y él estaba lejos estudiando.  Cuando me casé con él, y nos fuimos a vivir juntos a Centro América donde él estudiaba, comenzaron sus celos.  Yo era la ladrona del amor de su hijo, su enemiga en secreto, ya que fue siempre muy super protectora, celosa y egoísta.   Y es que mientras él era mi novio y estaba lejos de mí y de sus padres, yo era la sustituta en Miami que ocupaba el lugar del hijo, y nuestro noviazgo duró dos años. Yo  visitaba a mis suegros  en los fines de semana, salía con ellos, íbamos a misa,  de compras, visitaba a los familiares de mi novio, donde ella y suegro me llevaban  [ella no manejaba]... conversábamos y compartíamos mucho.   Pero una vez que me casé y nos  fuimos a Costa Rica por tres años hasta que él finalizó su carrera médica allí,   ella entonces  no tenía ni al hijo, ni a la nuera cerca. 

 

En el primer viaje que hice de visita a Miami, mientras vivía en Costa Rica, noté el cambio tan radical.   Si compartíamos con mis padres, ella se celaba porque no estábamos con ella.  Si compartíamos con ella y mi suegro, siempre eran las "pullitas"  (en cubano: ataques verbales hirientes, pero muy sublimes).    Nada parecía complacerla, siempre había una queja.  Era muy manipuladora y con su papel de enferma (pues era hipocondríaca) , y su papel de víctima, manipulaba al esposo sobre todo,  y al hijo.   Ella era la única mujer de su hogar, y yo venía a arrebatarle no solo el nombre, entonces la otra Señora Pages, sino que tendría que compartir conmigo el amor de su hijo.


No obstante, hay que ser justa...y eso trato de ser siempre.  Con Beba o Bibi  como le llamaba su familia,   aprendí mucho de la vida de los Santos de nuestra Iglesia Católica, pues era muy devota, y leía muchísimo.  Me regaló libros que nunca olvidaré,  como Historia de un Alma escrito por la propia Santa Teresita del Niño Jesús, la santica de  Lisieux  [y que yo a la vez regalé uno igual a mi nuera más joven];  Confesiones de San Agustín; la vida de Santa Mónica; de San Francisco Javier (nombre con que llamé a mi primer hijo); libros de Josemaría Escrivá de Balaguer; entre muchos otros, y me regaló  un disco de vinilo (Long Play) de 1963, con los poemas del sacerdote  jesuita español Ramón Cue, llamado Mi Cristo Roto, el cual narra el aprendizaje que éste tuvo con una cruz con un Cristo mutilado que fue comprado en una venta de antigüedades de Sevilla. Ese disco para mí cambió por completo mi vida, y es el mejor curso de verdadero cristianismo que he aprendido   y se lo agradezco a ella.  Por eso mismo, la aprendí a ver con otros ojos,  con justicia, compasión y comprensión y sobre todo, perdón.


   

Beba  era una mujer inteligente, pudo haber sido una doctora médica, pero en aquellos tiempos las mujeres no tenían la libertad de escoger esos  estudios como pasa  hoy en día.  Sabía mucho y con ella aprendí también de medicina, remedios, medicamentos , y demás.    Hablaba  tres idiomas: Español, Inglés e Italiano ( con este último ganó una Medalla de Plata y cuando yo estudié el Italiano años más tarde, lo practicaba con ella, y hasta me acompañó a la Opera, recuerdo la primera que fuimos fue Rigoletto de Verdi).  

 

Sus padres eran maestros, y educaron muy bien a sus diez  hijos.  Ella era  una de las más chicas de esta distinguida familia cubana.   Tres de sus  hermanos fueron doctores en  Psiquiatría, y tuvieron el Sanatorio u Hospital psiquiátrico ''Dr.  Galigarcía'' en La Habana, en la localidad que fuera antes la finca de recreo del Ex-presidente cubano, Zayas Bazán.  Me contaba mucho de sus viajes... conoció a Benito Mussolini en un viaje a Italia;  ayudaba traduciendo para su hermano en viajes médicos a ese país; me hablaba de sus hermanas y hermanos; de lo increíbles y especiales que fueron sus padres, Don Federico y Doña Ursula,  pero adoraba con un cariño muy especial a su hermano mayor: Dr. Manuel Galigarcía, y me hablaba tanto de él y de su vida,  que sin yo conocer,  ya que murió en 1969, aprendí también a querer y admirarlo.   Incluso cuando participé como editora en español de un proyecto de la Florida International University (FIU) en 1998 con el historiador Cesar Alejandro Becerra, en boletines o newsletters semanales  CUBAN DREAMS,  en conmemoración de los 100 años de la Guerra Hispano-Cubano-Americana, Ella y yo publicamos sobre la vida de este gran hombre, que era su hermano.

 

Era muy ingeniosa, y resolvía sus cosas con habilidad.  Muy independiente y buena administradora [trabajó como tal en el hospital de sus hermanos].  A veces creaba situaciones difíciles entre miembros de su familia, por ese carácter dominante y obsesivo, pero en el fondo era una buena mujer.  

 


Se dedicó a su hogar, a  su esposo que la adoraba, y el cual murió por complicaciones del Parkinson, estando postrado como un vegetal  por ocho años, los últimos cuatro viviendo con nosotros en casa y murió entre nosotros;  Beba se dedicó a su hijo que lo  adoraba muy obsesivamente,  pero al igual que su esposo,  dedicaron su vida para que ese hijo  estudiara y lograra su carrera de médico.    Nunca compraron una casa en este país, a pesar de venir de una familia que era adinerada y reconocida socialmente  en los círculos de la Ciudad de La Habana, pues con el exilio, aprendieron a no vivir de vanidades, y  tuvo siempre el mismo juego de cuarto de uso que le regalara una familia americana,  no vivió con ostentación, sino con  mucha frugalidad.


En el periódico  Diario de la Mujer, donde yo escribía una columna por  1998,  y por motivo de sus 90 años, se le sacó a ella en la portada con el título Canto a la Vida: Genoveva G. Pages,  tocando su mandolina, lo cual hacía con gusto, además del piano y el órgano.   Cuando fue joven y visitaba a una hermana que vivía en Isla de Pinos en Cuba, le pagaban por tocar el piano o el órgano en los cines del barrio,  pues los filmes eran silentes, y ella acompañaba con su música las situaciones de la película como era costumbre en esa época.   Además de la entrevista y la portada en ese Diario, celebramos una misa en la capilla  de la Iglesia de St. Michael  para todo  Miami,  por  sus 90 años,  al igual que lo hicimos por los 15 años de mi hija enferma antes,  y yo le ayudé a escribir su discurso bilingue pues ella me iba contando su vida, y yo la organizaba en orden cronológico.   Ella lo leyó al final de la misa.  Beba  leía un párrafo en Español y yo leía la traducción al Inglés. De eso se habló en los diarios de la ciudad, y asistieron no solo familiares, sino amistades de la niñez y juventud en sus 90 años.     Beba nos contaba a mí, y luego a mis hijos (sus nietos), historias de la niñez, de su familia, y algunas anécdotas muy cómicas que aún  recuerdo. 

 

 


Le gustaba mucho el té diario con miel de abeja, y eso la mantenía muy alerta y avispada.  No era una mujer gruesa, siempre mantuvo  su peso y buena figura,  se vestía sencilla pero elegante y sobria, y con distinción.   Era muy bajita, razón por la que mi suegro le construyó un banquito para poder alcanzar a los armarios de la cocina y el cuarto.  En una ocasión mi suegro le trajo una cafetera  italiana muy chiquitica de apenas una taza, pues decía le recordó a su esposa tan chiquitica,  su 'chinita' como él la llamaba y a la cual amaba y le traía florecitas silvestres.  Usaba zapatos de Naturalizer o Cinderella, marcas para pies tan pequeñitos  como lo sde ella.   Considero que era una viejita linda,  'cute'  como dicen en Inglés, siempre lucía presentable.  

 

Yo la recogía a menudo para pasarse el fin de semana en casa y compartir con sus nietos. O cuando viajábamos la dejaba en mi casa al cuidado de las nanas de mi hija postrada Sandra,  para que estuviera cuidada.   A veces me llamaba y me decía que le hacía falta sellos o estampillas, y yo se las enviaba.  Otras que le dolían mucho los huesos, y le enviaba a una masajista para que la atendiera, o le enviaba medicamentos con la farmacia, etc.   La llevé a teatros a ella y sus amigas junto conmigo para distraerla.  La acompañé a turnos y pruebas médicas.  Traté de ser la hija que no tuvo, y aunque no fue hasta mucho más tarde en su vida, me reconoció como una  'buena mujer, madre y esposa',  yo le llamaba "Abuela"  después que nacieron mis hijos....y cuando alguien le preguntó  cómo  pensaba de su nuera Xiomara, le respondió,  "..Mi nuera, solo la describo con una palabra, Es un Cascabel."


 Luego de enviudar, vivió un tiempo junto con otra hermana más chica que vino de Cuba, también viuda, pero ésta enfermó y murió.   Más tarde  ya sola, decidió irse a vivir a un hogar de ancianos (ALF: Assisted Living Facility) que ella misma escogió, y allí  fui a ayudarla  a arreglar su  cuarto y en ocasiones, veíamos juntas alguna película de Cantinflas, o le llevaba lo que me pedía cuando la visitaba, especialmente chucherías de comer... A toda la familia le envié una postal informándoles y dándoles la dirección en nombre de ella,  y cuando se puso ya mal, pasó a un asilo y finalmente al hospital donde falleció.  Mantuvo su cordura hasta pasados los 97 años. 

 

Beba, con todos sus defectos, aprendí a quererla y respetarla, y no verla como  una maldición, sino como  una bendición porque  con ella aprendí mucho también en mi vida, y hay que ser justos, y saber valorar y apreciarlo todo.  No sé si supo de mi divorcio con su hijo pues  ya ella estaba en el ALF.  Ojalá que no,  porque durante el proceso,  se me prohibió  visitarla, y nunca más supe de ella. 

 

En Paz Descanse, Beba.  Su nuera, el  CASCABEL, sigue siendo un  cascabel,  llena de amor de Dios para todos,  y siempre la recuerda obviando lo difícil y agradeciendo lo bueno.






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