MÚSICA, TEATRO,
MENTIRAS Y
UN CÓLERA ISLAND
ÚLTIMO FIN DE
SEMANA DE MAYO, 2015
De Xiomara J. Pages
Mayo 31, 2015.
Este fin de semana (29 al 31 de Mayo, 2015) ha sido de plácemes, luego de pasar más de una quincena en cama con un virus implacable, catarro, fiebre, asma, falta de aire por momentos, dolores de pecho, tos, bronquitis y dos tipos de antibióticos.
El Viernes 29, disfruté de un Concierto de 6 artistas en la Parroquia Católica de St. Dominic: "La Música de Mi Vida" donde estos cantantes y músicos compartieron las canciones que los marcaron durante su existencia: Juani Acosta; Miguel Alexander Otero de apenas 14 años; el tenor Miguel Cervantes (asiduo asistente de mis Tertulias de Xio); el venezolano Javier Bru; Katerina Rivero y Ramiro Acosta. Cada canción antigua o moderna, hacía viajar al público en una máquina de tiempo, y hasta tararear lo que nos era tan familiar.
El Sábado 30, visité por primera vez el Teatro Artefactus del amigo Eddy Diaz Souza, con el estreno de "Miénteme" (libreto y puesta en escena del propio Díaz Souza), que comprendía tres historias diferentes, situaciones distantes una de la otra, pero con un común denominador: La Mentira.
Las actuaciones estuvieron magníficas todas: 'Dispara, Guillermo Tell' (con Leandro Peraza); 'Abrázame Fuerte' (con Alain Casalla y Rosabel Ceballo); y 'Alivio' (con Marcia Arencibia y Yosiel Rodriguez); pero mi favorita de la noche fue la primera, con la interpretación de Leandro Peraza.
Para cerrar con broche de oro, el Domingo, 31, asistí a la última puesta en escena de 'Cólera Island' en el Teatro ArtSpoken. Basada en "Variaciones Enigmáticas" del dramaturgo francés Eric-Emmanuel Schmitt, ésta es una versión moderna, adaptada y dirigida por el Director Yoshvani Medina. A mi mente vino una versión original en cinema con el actor Alain Delon (uno de mis galanes de juventud), que casi tenía olvidada, y otra puesta anterior de esta misma versión de Medina en el TEMFest 2013 a la que no pude asistir. Esta versión del Domingo, actuada por dos conocedores de las tablas, el amigo italo-cubano Renato Campilongo, y el mejicano Francisco Sobero Garavito (mejor conocido como Tanicho) me resultó inolvidable.
Había leído la crónica de la actriz y dramaturga Julie De Grandy, y eso aumentó aún más mi deseo de verla. Tal como ella lo manifestó en su crítica, es para mentes inteligentes, curiosas, abiertas, y no para desperdiciarla con quien no puede valorar un teatro tan bueno. Una trama de sólo dos personajes, que trata de describirnos el verdadero amor, desde dos puntos de vista diferentes: el de un escritor Nobel alejado del mundo, y el de un periodista. Pero se sobre entiende otro personaje ausente, la mujer que cada uno tilda de ideal. Entre sus parlamentos surge un duelo a muerte de palabras, donde aparecen sorpresas, confesiones, verdades que resultaron mentiras, y mentiras que fueron más piadosas que la verdad.
Un encuentro planificado aparentemente, con un final insospechado, donde se mezclan el amor y el sexo, la admiración y el odio, la piedad y la crueldad, las expectativas y las decepciones, el idealismo y la codependencia... lo que creemos ser y no somos, lo que sí somos y no podemos ver, y si amamos a la persona que realmente es, o a la que imaginamos.
Un juego de palabras muy inteligente que hay que seguir de cerca, para no perderse... que nos va develando no sólo quienes son estos dos personajes y el misterio que los conecta, sino que nos hace preguntarnos quiénes somos nosotros en el público. Dos actores que traen a escena a muchos otros personajes, a muchos de nosotros, y Campilongo y Tanicho lo logran con extrema maestría.
Debemos reconocer además la labor de Carlos Artime (escenografía) y de George Riverón (diseño gráfico y multimedia) en el Equipo de Producción. Y felicitar a ArtSpoken y a todo el equipo que hace posible un teatro recomendable a los que buscamos mucho más que entretenernos.
Comparto esta anécdota además:
Cuando Yoshvani Medina después de salir de Cuba, vivir y trabajar en Martinica por 12 años, y
hacer giras por Francia, llegó a Miami, yo leí
algo en el periódico, El Nuevo Herald sobre
su obra, 'Probation' que se exhibía en el antiguo teatro, 'Las Máscaras'
y creo ayudaba en su producción el amigo
Franklin Blanco. No
recuerdo si fue por el 2009 o 2010.
Me interesó lo que leí en el
Diario, y le pregunté a Julie De Grandy sobre este nuevo director que surgía en la palestra cultural de la ciudad a la que siempre
he apoyado. De Grandy que ya
lo había conocido e incluso le había
dado algunas sugerencias para 'Probation'
me comentó que era buen
material teatrero.
A mediados de 2010, escuché de un nuevo teatro:
ArtSpoken,
y de unas
peñas culturales llamadas, Desalmuerzos
Literarios, que tomaban lugar allí
cada tarde de Domingo. Yenilen
Mola, hoy pareja del director de ese teatro, productora
y actriz, me invitó a dichas peñas, y allí conocí sin proponérmelo, a Yoshvani Medina. Nuestra amistad ha sufrido altas y bajas, diferencias de opiniones, pero al final, vencieron
la franqueza y el amor
y buen gusto por el teatro.
Al igual que el dramaturgo francés Eric-Emmanuel Schmitt, Yoshvani Medina ha
pasado por su "noche en el desierto" ... creo que en algún momento nos toca pasarla a todo ser humano (ver biografía del dramaturgo Schmitt).
Tal vez sea esa la razón, de lo que he visto en estos últimos cinco años,
lo que lo ha ido transformando y madurando
como ser humano y como dramaturgo.
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