Thursday, September 18, 2014

Sandra: El Milagro de Su Vida



Sandra: El Milagro de Su Vida
Xiomara J. Pages
Sept. 18, 2014

Era una cesárea repetida, pues el hermanito mayor había nacido de la misma forma.  Yo  había perdido un bebé antes que ella, justo un día antes de celebrar el Día de las Madres  en Mayo,  luego de haberle hecho un poema, y de tener varias baticas de maternidad, eso nunca lo he olvidado.   Pero  mi Sandrita nació el 18 de Septiembre, 1980.

Sandra en su bautizo.


Sabía que sería una niña, lo presentía en mi corazón de madre, y preparé  tantas cositas de canastilla en color rosado (un color de princesas)  pues estaba segura que así sería.  Jamás imaginé lo que me esperaba, pero lo  que jamás  dudé es que siendo esa mujercita tan esperada,  la amaría con todo mi corazón.

Su canastilla de lazos, encajes y flores se decoró aún más con su carita de muñeca, sus ricitos negros como el azabache, y su piel tan blanquita que me recordaba la princesa Blanca Nieves de los cuentos de Disney.  Miraba fijo con esos ojazos, y sonreía plácidamente. Trataba de conversar con esos sonidos tan lindos de bebita y su risa era como un cascabel.  Me sentía  una madre feliz con mi varoncito y mi princesa.


Pasaron los meses, y no veía progreso en ella, nada la entusiasmaba. Gritaba cuando la cambiaba y tocaba, y sólo se dormía al compás de la mecedora y de mis canciones, pero después de mucho llorar y gritar.

Presentí que algo no estaba bien (rara vez las madres nos equivocamos), y abrumaba a los médicos con mis preocupaciones.  Sandra no se sentaba, no le interesaban mucho sus juguetes, no podía sosternerse sentada (facultad que aprendió a los dos años y luego perdió de nuevo con el tiempo). 

Al año y medio la llevamos por primera y única vez al parque de Disney en Orlando (hoy daría cualquier cosa por llevarla, pero en su condición actual es casi  un imposible por lo largo del viaje).  Fuimos con su hermanito mayor, pero las vacaciones allí  fueron  un desastre, gritaba y lloraba, le molestaba el sol, la gente nos miraba con extrañeza,  y terminamos regresando antes de lo previsto.  Sus gritos molestaban a los residentes del hotel en las noches,  y no dejaba dormir al hermanito ni a nadie.  Me resigné a comprarle videos para que viera y escuchara los films animados de princesas.

Pasaron como cinco años, ya había comenzado a escribirle cartas para no sentir tanto la pérdida de un sueño, pero aún conservaba las esperanzas de verla desarrollarse en una mujercita normal...  ÍQué lejos  estaba de lo que sería la realidad! ...  Mi niña añorada no sería la que yo soñé, pero cada día mi vida se iba entrelazando más y más con la de ella.


Perdió  la capacidad de usar sus manitos para el propósito que eran, y sólo la  sustituye un movimiento constante de auto estimulación mientras está  despierta, como si se lavara o restregara las manos (esto en  ocasiones le causó fracturarse los dedos, arañarse la cara hasta sangrar y  mojarse de saliva ... con el tiempo veríamos que era un síntoma de su rara enfermedad, Síndrome de RETT).

Tuve que mostrarle cómo masticar, metiendo mis dedos dentro de su boca mientras comía...¿ Cuántas cosas tomamos por hecho.  no? Y  cumplió el año y tenía que sostenerla bajo la ropita para que no se cayera, pues no se paraba, ni siquiera se sentaba.  Estuvo ingresada en el Miami Children's Hospital donde le hiceron todo tipo de pruebas, pero a pesar de su retraso no daban con lo que tenía.

Comenzó  a desarrollar la escoliosis en su espalda, a adelgazar y no tener músculos pues no los usaba.  Se convertía sólo en huesos, tejidos y piel.   A los cuatro años, otra madre me dió  un panfleto sobre una enfermedad rara que le recordaba a mi hija.   Eso  fue estando  en el Instituto de Rehabilitación llamado Easter Seal al cual asistió desde casi dos años.  El padre de mi hija trajo a casa otro periódico médico que describia la historia clínica de pacientes mujercitas  y la visita del  Dr. Andreas RETT  por primera vez a Estados Unidos,   desde Austria, a un hospital en  Georgia.

                              Kathy Hunter con el Dr. Andreas RETT en EEUU.

      
Desde sus cinco años, estuvimos indagando sobre estos síntomas, llamando, escribiendo a varios lugares, sobre todo a este centro formado por varios padres, cuya presidente era Kathy Hunter, madre de Stacey otra niña con el mismo padecimiento. Hicieron un video hogareño con varias niñas en sus coches y sillones de ruedas.  No había dudas, todas se presentaban con las mismas características de Sandra.  Y finalmente, a sus seis años, mi hija es diagnosticada oficialmente con el Síndrome de RETT.

Aún me sentía dentro de un hueco con ella, pero ya no estaba sola en ese hueco.  Cuando Sandra tenía poco menos de dos años, bajo toda esta presión, nació mi tercer hijo, sin que supiéramos aún lo que padecía Sandra.  Por suerte y con la gracia de Dios,  nació todo  bien. 

Sandra comenzó  las convulsiones o ataques epilépticos diarios a la edad de siete años.  Hoy están controlados por medicamentos. Ha tenido cirugias, complicaciones gastro intestinales, urinarias.  

                                                     Sandra en hospital Agosto, 2013


 Cuando no es una cosa es otra, pero asi he sobrevivido y VIVIDO llena de amor por 34 años.   Me he dedicado  a todo lo que sea  dar a conocer este terrible desorden y ayudar y apoyar a otras madres y padres como yo, para que no se sientan  solos y tristes.  Somos  madres  de ángeles silentes.



He dejado atrás el pesar y la queja, el papel de victima, para aprender con mi hija y ser mejor cada dia.  "Yo cuido de ella, pero ella cuida de mi.  Su presencia es un recuerdo del amor de Dios" dije en mi primer libro, "Mi Cruz Llena de Rosas: Cartas a Sandra Mi Hija Enferma" (una recopilación de Cartas de sus primeros quince años, donde escribo como si fuera Sandra y donde también respondo como si lo fuera, donde se comparten reflexiones y problemas diferentes de lo que experimenta una familia con un hijo enfermo, pero que también deja un mensaje positivo de amor, de esperanza y de triunfo.  Libro que ya alcanzó la tercera edición y que sirve de recurso en español para padres en la Fundación del Síndrome de RETT.


En sus quince cuando me parecía que era un milagro tenerla viva aún, celebramos pues,  una misa católica en la Iglesia de Little Flower en Miami para dar gracias a Dios y celebrar su vida entre nosotros.  Se anunció  por todas partes, prensa, radio y televisión.  Asistieron personas que conocía y muchos que no conocía.  Asistieron madres y abuelas con enfermos en sillones de ruedas.  Las donaciones que pedimos en vez de regalos para ella,  fueron para la Fundación del Síndrome de RETT.  
                         Sandra con su madre en sus quince, 1980

Hoy continúa el milagro de su vida, y cumple 34.  Pero a diferencia de la misa de sus quince años, este Concierto que se celebrará el Domingo, Septiembre 21, a las 6:00 p.m. @ The Place, 833 SW 29 Avenue, lo han organizado personas por amor a Sandra. 

Deborah Luna y Anthony el Angel Trovador, organizadores  del Concierto,  junto a Sandrita.

Para mí  esto no tiene precedentes.  Mi corazón de madre les queda eternamente agradecido y bendiciéndoles a todos, sin dejar a ninguno fuera,   pues ni siquiera han sido familiares, sino amigos y conocidos, y muchas otras personas, artistas  y empresas las  que se han unido a esta  bella causa para ayudarnos, y  celebrar  a Sandra, El Milagro de Su Vida.

Sandra   hoy   a  sus   34  años....

 

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