Thursday, October 23, 2025

RECUERDOS DE MI PADRE Y EL SPA

 

RECUERDOS DE MI PADRE  Y EL SPA


© Xiomara J. Pages,

Octubre 23, 2025

 

Ayer como les conté estuve con los dentistas en   SAGE DENTAL South Kendall,  para chequearme ó  follow-up  la extracción de una muela, y las coronas que pusieron sobre unos root canal  o conducto radicular de dos muelas, que me habían hecho  semanas atrás.  Todo  OK hasta el próximo año para finalizar otros procesos dentales,  según la cobertura de mi seguro médico...   Pero mientras esperaba recostada en el sillón dental, la asistente dental, Lucía, me pone en la pantalla de enfrente música y paisajes relajantes cuando voy.  Pero esta vez me puso una imagen de un Spa, con sonidos de agua chorreando y velas que se mecían..

Me hizo recordar varias cosas que compartí con ella y ahora con ustedes que me leen:

Mi padre no era muy fanático de pastillas y demás. El nació en un pueblo de campo, en la Habana,  luego aprendió de barbero, y se fue a los 18 años a la ciudad de La Habana donde siempre trabajó en ómnibus (guaguas), y en Miami siempre trabajó en una fábrica o factoría de aluminio  en Hialeah,  hasta su retiro ( y siempre hacía su oficio de barbero, luego de su trabajo, y más aún al retirarse, hasta que tuvo Parkinson, ya muerta mi madre.   Papi  me enseñó de remedios naturales, cocimientos y tés, etc. propiedades de yerbas, a reconocer las frutas si estaban maduras o en buenas condiciones, y yo le prestaba mucha atención. No solo aprendí valores y fe en Dios, y consejos, recomendaciones, y regaños  con mi padre y  mi madre, sino con el ejemplo de vida de ellos dos.

Papi padecía de problemas estomacales, y le pedía a mi madre, le hirviera un poco de leche con arroz,  cuando se sentía mal del estómago,  y se lo tomaba como una sopa caliente,  eso le ayudaba mucho, siempre me decía que se lo daban a los bebitos para los cólicos y demás.


 


También a veces, no siempre, le daban unas jaquecas o lo que llaman Migrañas, pero Papi no tomaba ninguna pastilla, se iba a la sala, cerraba las ventanas, se ponía pomada china en la frente y las sienes, y se cubría con dos grandes hojas de Salvia, que siempre tenía en casa...cerraba los ojos en la oscuridad, y se relajaba, al cabo  de una o dos horas, salía nuevo y sonriente.

Algunas veces, cuando se sentía así, venía a mi casa, pues vivíamos cerca, yo lo sentaba en la sala, le ponía la pomadita china del tigre, que nunca nos faltaba en casa,  y le daba un ligero masaje en la cabeza y la cara, luego le  ponía unos discos de música relajante de Spas, o de las que tenían sonidos de agua, pajaritos, o los ruidos normales de una finca, con vacas, un campesino ordeñando, o de truenos y lluvia cayendo o viento soplando, etc. etc. y él cerraba los ojos, y yo le hablaba quedito, diciéndole en voz suave y bajita, cosas positivas. A él le gustaban todas esas cosas, y me imagino  aún más  si era una hija quien se las hacía.  Nos queríamos mucho,  fui su primera hija.   

El fue mi primer fan, de todo lo que escribía, y lograba en mi vida, porque Mima no llegó a ver todas las metas que alcancé, ya que apenas con 62 años nos la mató un carro cruzando la calle....murió días después en  marzo de 1993.  Mima no me  vio  graduarme de periodista,  ni vio  los libros que publiqué, los viajes que hice, las conferencias que impartí en Miami y en otros países, ni  la invitación a programas de tele y radio, etc. etc. ella que siempre me apoyaba y animaba y me ayudó tanto en los primeros 13 años de vida de mi hija enferma Sandra.  Pero sé que desde el Cielo me cuida y se alegra.



En una ocasión, vi anunciado un programa detele con Phillip John Donahue, un personaje de show, escritor, productor, etc. y creador de su llamado ''PHIL  DONAHUE  SHOW.''  En esos programas participaban personas y conversaban de diferentes temas,  y Donahue traía expertos, doctores, etc.  Se aprendía mucho pero eran durante el día. 

 

En  ese  día en particular dejé programado el televisor para grabar el programa en cuestión.  El tema era sobre "Hijos cuyos padres  cometieron suicidio."   Luego en la noche, ya después de comida, tareas de mis hijos, etc. y ya ellos dormidos en sus cuartos.. me senté a ver el programa y tomar notas de lo que veía y aprendía.  También invitaron psicólogos al programa, y recomendaron un libro, que no recuerdo  el título, pero lo busqué en la biblioteca donde yo era voluntaria los fines de semana.  Me tomé el tiempo de leer el libro y tomar notas adicionales.



Verán, mi abuelo paterno, Alfredo, trabajaba en el campo, y en esa época de 1949, trabajaba y manejaba el elevador del Centro o Ingenio azucarero de "Hershey"   Mi madre ya estaba embarazada pero no lo sabía.  Papi era el primer hijo, de mis abuelos,  y recién casado con Mima vivían en la Habana, en lo que hoy  llaman  SanMiguel del Padrón (era entonces Jacomino).     

Abuelo se suicidó cuando todo parecía tan bien, tal vez temeroso de tener una enfermedad como la de una de sus hermanas, se ahorcó en el mismo elevador que él manejaba en el Central Hershey.    Para todos sus hijos fue una noticia muy dolorosa.  Papi nos enseñó a amar a mi abuelo, pero cada vez que nos contaba de él, terminaba llorando....

 

Al ver aquel programa de Donahue y leer el libro recomendado, le pedí a mi padre varios días durante unas cuantas semanas para hablar del asunto, orando siempre y guiada por lo aprendido.  En esas noches, cuando ya mis hijos dormían  y los dejaba ese rato con su papá, yo me iba a casa de mis padres, y conversábamos. Mima siempre escuchaba y era testigo de aquellas ''terapias caseras" de una hija con su padre.  Mi padre pudo llorar y sacar de dentro las cosas que guardaba por tantos años...  De cierta forma un poco de resentimiento por la actuación de su padre al quitarse la vida, y luego de llorar, perdonar y sentir la paz que solo Dios nos da.


Ya con más años, viudo, y con achaques del Parkinson, lo traía  a veces a mi casa por el fin de semana,  le traía una masajista a darle masajes, lo llevaba a pasear en el carro pues le gustaba ver las casas bonitas, y me enseñaba el nombre de flores, y plantas que veíamos en esos paseos.  Le gustaba el batido de papaya o fruta bomba, y yo lo llevaba al Palacio de los jugos, me decía que la papaya era muy buena para el estómago, y hoy día yo sigo tomando pastillas de papaya enzymes...

 

Cuando se acostaba en el sofá cama del Florida Room, yo iba a darle las buenas noches, oraba con él, le pedía su bendición como siempre lo hicimos desde niñas mientras mis padres vivieron, y lo besaba en la frente.  El siempre me recordaba que eso hacía él con mi hermana y conmigo desde niñas, y ahora éramos nosotras las que le hacíamos a él las cosas.  Terminaba con lágrimas pero de gratitud, y en ocasiones me emocionaba a mí también.  Yo le decía que por ser un padre tan especial,  tenía dos hijas que lo amaban mucho.

 

Ya ven, una visita al dentista que puede ser tan incómoda, fue para mí, un rato de recordar tantas cosas. Echo de menos a mis padres, sé bien que no fueron perfectos, y no los he endiosado, conozco my bien sus defectos, y los errores que a veces cometieron, pero sí tuve un hogar muy lleno de amor, de Dios, respeto y perdón, que siempre me ayudó al crecer, y me sigue ayudando en mi caminar por la vida, ya casi con 76 años. Ellos viven con Dios, junto a mi única hermana, y mi hijita Sandra, y todos ellos desde allí siguen velando por mí, llenándome de bendiciones todos los días para ser le persona que Dios quiere que yo sea para El, y para todos mis semejantes.


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