MEDITACIONES CON UN CAFÉ CON LECHE.
MEDITACIONES CON UN
CAFÉ CON LECHE.
©Xiomara
J. Pages,
Octubre
11, 2015.
Buenos días,
en mis rezos en la mañana mientras tomaba mi café con leche, meditaba en la
humildad y el perdón..... Doy gracias a Dios, todos los días por ayudarme un
poco cada vez a mejorar como ser humano, pero todos, y digo todos,
incluyéndome, debemos trabajar mucho en nuestra humildad y nuestro perdón no
solo con los demás, sino con nosotros mismos.
Mucho he
pasado en mi vida, y hay muchos que me han hecho sufrir, incluso los más
cercanos, y los menos esperados que lo hicieran..... pero sin la ayuda de Dios,
no hubiera podido perdonarlos...y seguir adelante... y sentir mi corazón en paz
por haberlo hecho.
Muchos se
escudan detrás de la religión que profesan, y se sienten por eso superiores a
otros, Y las religiones tienen a Dios por supuesto, pero tienen mucho de los
humanos, con todos sus defectos, y por lo mismo, no podemos ser jueces ni
condenar, sino dejarle todo a Dios en Sus Benditas Manos... y orar siempre por
el alma de todos... para que Dios nos ayude a ser mejores, y tener compasión y
misericordia, pero siendo nobles y sencillos, mansos de corazón.. como lo fue
Jesús.
Cuántas
heridas y dolores, pérdidas, durante estos casi 76 años de vida... mi madre
atropellada en la calle y muerta tan joven apenas unos días después; mi hijita
postrada enferma por más de 40 años; mi única hermana más joven que yo,
sufriendo una enfermedad neurológica, y morir en unos años después; h e perdido
primas y otros familiares, y amistades una tras otra en períodos cortos, una
pérdida tras otra; he presenciado horrendos actos de injusticia, y maltrato; he
pasado humillaciones y vejaciones en el país natal que sigue sufriendo; y en
todo momento, Dios ha estado ahí a mi lado, sabiéndolo yo o ignorándolo con
tantas lágrimas, pero siempre siempre he sentido su presencia y la de su madre
María: En la oscuridad de un cuarto de enfermos, junto a mi hijita en un
hospital; viendo a otros enfermos, y darles aliento para seguir; en el llanto
de una amiga que sufre; en el apoyo a cualquier ser humano que se me ha
acercado o he sentido que sufre... Pero también he reído, cantado y bailado
junto a otros. para alegrarles la vida.
Yo era una
niña de 4 años, cuando un amigo de mis padres, trató de violarme. No logró su
fin, al escuchar la voz de mi madre, llamándome por el patio, de la casa donde
visitábamos mi madre con mi hermanita y conmigo.
Pasaron años
y jamás mencioné el hecho, ni a mis padres, ni siquiera a mi propia hermana, y
no fue hasta estar casada con mis hijos pequeños, que escuché a una candidata
para gobernadora de la Florida, que dijo públicamente que de niña había sido
violada... Entonces me di cuenta que no podía seguir llevando esa carga dentro
de mi corazón y que apenas la comprendía pues era muy niña para entenderlo...
En ocasiones no sabía o no recordaba totalmente cómo había ocurrido todo. Mi
mente de niña bloqueó parte de mi memoria en ese tiempo. Por eso me apena tanto
cuando escucho casos de violación o molestación a menores, o los que trafican
con ellos, y los pedófilos, por sus víctimas y por ellos que han perdido su
alma.
Le conté
entonces al entonces mi esposo, y luego a mis padres y hermana, y con otras
amistades, de lo que me sucedió a los 4 años, conocí de las experiencias que
ellas habían sufrido también, y oré mucho por ellas, y por mí y ese compartir
nos liberó de algo de lo que no tuvimos la culpa.
Siendo
católica practicante, nunca lo confesé en el confesionario, pues pensaba eso
era para solo Dios saberlo..
Con el
tiempo, teniendo una columna en ''La Voz Católica,' (hoy La Voz, periódico
católico de la arquidiócesis del Sur de la Florida), por pedido de Monseñor
Agustín Román, EPD, un santo varón, y luego de mucho orar por sanación en mi
alma, pude perdonar a ese señor, y escribí el hecho en mi columna mensual
(''Carta a un Molestador de Niños'" pero que el periódico tituló: ''He
aprendido a Perdonar') donde hablé precisamente del perdón. Las respuestas que
me llegaron después, las cartas, las llamadas, etc. me hicieron ver cuánto pude
ayudar a tantas personas, a encontrar también su sanación tan solo por hacer
público mi dolor y mi perdón. Incluso de cárceles por todo Estados Unidos
llegaron a mi apartado de presos arrepentidos de sus faltas.
Y recordé
las palabras de Jesús en la Biblia, es una frase que se refiere a la parábola
de la lámpara, presente en los evangelios de Lucas y Mateo. Significa que la
fe, la verdad y las buenas obras deben ser visibles y compartidas, no ocultas o
reprimidas.
La luz (la
fe y el bien) no debe ser escondida bajo un cajón o un recipiente, sino puesta
en alto (en una mesa, en un candelero) para que ilumine a los demás.
Mateo 5:14-15:
"Vosotros
sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Ni se enciende una vela y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero,
y alumbra a todos los que están en casa".
Lucas 11:33:
"Nadie
enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido o cubrirla con
una vasija, sino para ponerla en un candelero, a fin de que los que entren
tengan luz".
* * *
Y luego al
estudiar psicología, y verme con una psicóloga, durante un año, enfrenté mis
temores, mi herida, mi dolor, y pude sanar esa herida en mi vida desde los 4
años...
Mis padres
me dieron un hogar de amor, de fe y respeto a Dios, y eso contribuyó a no
perder la confianza en la vida ni en el ser humano, por eso no veo mi religión
católica como un escudo para creerme superior o mejor que nadie.
Todos somos
humanos, todos somos imperfectos, nadie es mejor que nadie...Dios nos ama a
todos a pesar de ser diferentes, salvos o perdidos, santos o pecadores, y solo
el amor y el perdón nos ayudan a vencer todos los dolores, las pérdidas, las
ofensas, y crecer más para llegar a lo que Dios espera de nosotros....
Que somos
llamados a la Santidad, pero no a la perfección, porque sin Dios nunca seremos
perfectos, solo El que tanto nos ama y dio la vida por nosotros en una cruz, es
el perfecto absoluto, y sin embargo con cuanta humildad espera que le abramos
el pestillo de la puerta que está dentro de nosotros, para poder entrar, ya que
respeta nuestra libertad de elegir. Y pacientemente espera, siempre está ahí,
aunque no creamos en El, aunque no le agradezcamos y hasta le ofendamos.
Con un Dios
tan grande y tan bueno, ¿cómo no amarlo? ¿cómo no creer en El? y ¿cómo no
creerle cuando nos dice y promete, que todos los tiempos pasarán pero nada
podrá contra su Iglesia, llámese como se llame, con pecado y defectos, con
errores, y con falsos profetas, pero también con muchos seres humanos que
lucharon para ser santos ? Porque Su Gracia está presente siempre......Por eso,
siento Su Paz dentro de mí, por eso siempre sonrío, a pesar de mis caídas, y
mis penas.
Todo esto y
más, pensaba y meditaba en la mañana mientras tomaba mi café con leche....
Para todos
mis bendiciones y mis oraciones sin falta, día y noche.
Los amo a
todos, en Cristo, que tanto nos ama a todos.
"Ama a
Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, y a tu prójimo como a ti
mismo."
Xio.
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