Wednesday, August 28, 2024

MIS ANÉCDOTAS CALLEJERAS: En el McDonald.

 

MIS ANÉCDOTAS CALLEJERAS: En el McDonald.

© Xiomara J. Pages,  

Agosto 28, 2024

 

En la mañana decidí desayunar algo en McDonald y de ahí dirigirme a donde mi manicurista a arreglarme las manos y los pies.

Todo está bajo control hoy con mi azúcar y demás, pero anoche me acosté temprano como cerca de las 11 p.m. y a las 12 de medianoche me desperté con temblores.
Me levanté con fatiga y me medí el azúcar, apenas tenía 77, y mucha flojera... tomé un poco de jugo de naranja, una cucharadita de azúcar morena, como me aconseja mi doctora en estos casos, y comí algo sencillo. Poco a poco se fue pasando la fatiga, y el azúcar subió a 130. Me senté un rato a ver un filme comedia y a la 1 de la madrugada lo dejé a la mitad, ya más confiada me dormí.
Esta diabetes por más controlada que lleves todo y te cuides, es traicionera....

Pues bien, me senté a desayunar en el McDonald. Cerca de mi mesa había otra con tres señores de la tercera edad, y una señora medio tiempo. Más tarde se acercó otro senior, y contaban jocosos chistes, y anécdotas, o del barrio o país de donde eran nativos. Sonreían con camaradería y alegría, se saludaban muy amenos, y pedían café que para seniors vale 99 centavos, y alguno pagaba por lo que pedía el otro. Admiraba ese entusiasmo, y esa falta de estres cuando llegamos a la tercera edad, jubilados, y sin querer complicarnos mucho más la vida de lo debido. La señora más joven, se reía y disfrutaba los diálogos de los señores.
Pensé cómo corre la vida, y cómo aprendemos ya en esta edad, lo que es de veras importante, ya logramos o no logramos lo que planeamos de jóvenes, pero es bonito llegar a ella, con cierta paz y tranquilidad. ¡ Qué pena que tantos jóvenes no valoren a estos mayores que tienen tanto de experiencias y consejos para todos aprender.!

Cuando me iba, me acerqué a la mesa de ellos, y les dije que ya quisieran muchos jóvenes tener el ánimo y juventud acumulada que tenían ellos, y les admiraba desde lejos mientras les escuchaba conversar.... Les dejé algunas de mis tarjeticas. Me agradecieron mis palabras y elogios, me miraron con admiración al leer que era escritora y periodista, y me bendijeron por tomarme un momento en hablar con ellos... Yo también les bendije y les prometí que los mencionaría hoy en mi blog.

Al salir, dí gracias a Dios, que siempre me pone escenarios en la vida por donde paso a diario, para amar, a los demás. No debemos desaprovechar las oportunidades de hacer un poquito mejor el mundo que nos rodea, y regalar sonrisas, palabras amables, en un mundo demasiado saturado de violencia y odio. Atrevámonos a ser angeles humanos para las personas que nos tropecemos en cada camino que transitemos.
Siempre se puede ser y hacer más.

Xio.

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