Regalo de Dios (A veces los
ángeles visitan a
mi ángel)
Xiomara
J. Pages
Enero
16, 2015
En
la mañana tuve una linda sorpresa. Me
tropecé con una vieja amiga en el salón de belleza. Ella ya había terminado, estaba arreglada y peinada saliendo, y yo sentada con el tinte, sin maquillaje ni aretes, y no me reconoció, pero le dije mi nombre, y la cara de extrañeza
se tornó en una sonrisa. Hacía más de 12 años que no
nos veíamos, y pudimos conversar un
rato, y aclarar ciertas confusiones pasadas que quedaron en el aire. Me dan
mucho gusto estas ocasiones que Dios nos proporciona, segundas oportunidades para
enmendar y comprender, cuando han pasado ya algunos
años, y todos ya hemos aprendido un poco más de la vida.
Luego
en
casa, vino una amiga, contertuliana de las ya conocidas, "Tertulias de Xio" que
celebro mensualmente en mi hogar desde Abril de 2007. Rosa
Miró
teje cosas lindísimas y ya me
había prometido la visita
uno de estos días después de las fiestas navideñas. Fue una linda sorpresa cuando me llamó hoy para pasar a saludar a mi hija especial Sandrita, traerle boticas, guantes, capas y bufanditas tejidas
y una estolita para mí.
Tejidas todas por sus habilidosas manos. Pero la sorpresa y el regalo mayor fue que
vino acompañada de su nieto de 11 años, IAN.
En el camino a casa, Rosa le
conversaba a Ian, de Sandra y sus
limitaciones, y le respondía algunas de sus preguntas, pero dejó
el resto para el encuentro
con ella.
Después de los saludos
acostumbrados, Rosa y su nieto
Ian me siguieron al dormitorio de Sandra.
Sandra les recibió con una linda
sonrisa desde su silla de ruedas, pero
luego enterneció aún más la mirada y la fijó en el chico. Se miraron intensamente. Rosa, Dania ( la nana de Sandra), y yo, nos quedamos silenciosas presenciando
este mágico momento. Luego, Ian, como un viejito sabio o doctor curioso, comenzó a preguntar
... algunas veces
en Inglés, otras en Español o Spanglish.
He querido plasmar todo el diálogo, y créanme no he querido que falte una sola frase que Ian y yo no
hayamos compartido en realidad .
Testigos son su abuela
Rosa y Dania,
la nana de Sandrita, de que así se
desarrolló la conversación entre
un niño de 11 años y esta
madre de 65.
- ¿Qué le pasa a ella.... por
qué no habla ni camina? Le explicamos sobre la enfermedad y sus
limitaciones.
Continuó su cuestionario, - ¿ Y
cómo sabes que es feliz?..
- Porque la veo sonreír, porque lo intuyo. Como hacen todas las madres con sus bebitos.
- ¿ Y
cómo come...Cómo bebe?
-
Come todo molido, y bebe en botellas con
biberones, como una bebita.
- ¿ Y ese mal, no se cura con medicinas,
no para?
- No....no se cura, empeora, pero las medicinas que toma
son para controlar sus convulsiones y problemas y aliviarla... ¿ Sabes tú , Ian,
qué son convulsiones? Al ver su mirada
interrogante, le expliqué en mímicas cómo se comporta Sandra con las convulsiones. - Oh, ya entiendo, dijo Ian.
- ¿ Y ella llora... Cómo sabes que está triste o tiene un dolor? ...
- Porque no sonríe, y en
ocasiones, llora, o hace sonidos
de queja si tiene un dolor o
se siente mal, pero muy
rara vez.
Casi siempre está feliz, se siente
amada. Cuando
pone carita triste,
o se emociona por algo, se le
sale alguna lágrima.
- Pobrecita, dijo él con un semblante preocupado.
Rosa su abuela, observaba
consternada, lo mismo que Dania la
nana. Mi amiga me
miraba como queriendo
interrumpir aquel interrogatorio, pero yo no la dejé, ese niño preguntaba y se sensibilizaba con otro ser
humano. Se interesaba
mucho más que los adultos que se
reprimen y no preguntan, o no saben acercarse de frente al dolor, cuando
vienen a visitar a mi hija. Ian
prosiguió:
- ¿ Y que edad tiene?....
- 34 años, dije yo.
- Wow, la edad de mi madre, contestó el chico, y Rosa
su abuela asintió.
- ¿ Y ella podrá tener hijos ... y saldrán así
enfermos como ella?
- No,
ella no podrá nunca casarse ni tener hijos, ni asistir a la escuela. Pero aunque
tuviera hijos no tienen
que heredar su mal.
- ¿ Y tiene hermanos y
hermanas?... - Sí, tiene dos hermanos varones, dije yo.
- ¿Y ellos la quieren y
viven contigo? ... - Sí ,
la quieren pero no viven acá, respondí.
Luego le expliqué que cada uno vive en su hogar, que uno es casado
y tiene una hijita, pero que los dos
vienen a visitarla. El se
acercó al tocador y tomó
en sus manos, unos cuadritos con fotos de Sandra y sus hermanos, y dijo:
- ¿ Y tiene padre.. Dónde está su padre?
...
- Sí, tiene padre, pero no vive
aqui tampoco. Increíblemente, este
chico preguntó entonces:
- ¿ Y su
padre la quiere... viene a verla? ... Yo me quedé en silencio, pero Rosa su
abuela le explicó que muchas veces hay personas que aman y se
alejan, porque no saben lidiar con el dolor, y pasa el tiempo y no vienen a ver
a su hijita.
- ¿Pero .. Por qué se fue. .. Por qué no la viene a ver. Qué le
pasó. Se escapó como la noche y no vino más? ...
- Sí, a veces pasa eso, la gente se escapa como la
noche y no vuelve, concluí.
Miró los cuadros que aún tenía en las manos, y preguntó
señalando uno de ellos, si mi hijo mayor era su padre. Le dije que no,
que era su hermano.
Rosa
su abuela contaba cómo
ella aprendió sobre esta enfermedad del Síndrome de
RETT buscando información en la internet. Me sentí agradecida de que ella se interesara en conocer este mal. Pero su
nieto continuaba observando a Sandrita,
y en cuánto tuvo la oportunidad
prosiguió su cuestionario:
- ¿Y dónde hay una foto de su papá?
Dania la nana, le indicó donde
había un cuadro en la pared con la foto de la familia.
Ian
había estado antes en la
sala admirando mis pecesitos tropicales
en las peceras , y al ver acercarse a mi
gatica Cleo al cuarto, y escuchando ladrar desde
el Utility a mi chihuahua Rocky,
preguntó:
- ¿ Y a ella ... le gustan los animales, toca a la gatica y al perrito, porque a mí me gustan mucho los animales? Le dije que sí, y adicionó,
- ¿Y por qué
le pones guantes?
- Para que no se lastime, ya que siempre hace
este movimiento como si se restregara las manos mientras está despierta, y si
no tiene la protección de la tela del guante, rompería su piel y sangraría.
Dania la
nana le comentó que se podría
arañar y lastimar la cara también.
Dania, Rosa y yo continuamos nuestra conversación sobre las lindas piezas tejidas que Rosa nos
había traído, y yo le explicaba de la
próxima Tertulia en casa. Nos tomamos
fotos, mientras, Ian con suma ternura, se acercaba a Sandrita, jugaba con ella, y le
mostraba unos muñequitos. En algún momento, le brindé
caramelos y bombones de chocolate, pero no los aceptó. De pronto, fijó la
vista en mí.
- ¿ Y
quien es la mamá? luego miró a Dania la nana y de nuevo hacia mí. Yo
moví la cabeza con gesto afirmativo y dije,
- Yo soy la mamá.
- ¿ Y
qué le va a pasar a Sandra?
- No comprendo, dije yo.
Miró entonces a Dania como buscando
ayuda para hacerse
comprender, y tartamudeando, repitió,
- ¿ Qué pasaraaá .. con
Sandra ...cuando no esté su maaamá?
Todas nos
quedamos en shock sin saber qué decir, pero
él insistió,
- ¿ A dónde irá
Sandra a vivir
cuando tú no estés más aquí?
Le dije
que mientras yo viviera (no sé si comprendió, creo que sí)
Sandra estaría conmigo.
- Yo no me
escapo como la noche
para no volver. Pero
si muero, y voy al Cielo, Sandra
iría a una
institución donde la cuiden hasta que ella se pueda
reunir conmigo en el Cielo, concluí.
Pero Ian no había terminado,
- Yo no
soy un niño malo, pero pienso ...
tartamudeaba un poco de
nuevo.
- ¿ Tú
no quieres que ella se
vaya primero?... primero que tú?
A este punto Rosa y
Dania estaban sorprendidas con lágrimas en los ojos. Yo me acerqué a Ian,
y le dije tomando su carita entre mis
manos y besándole la frente:
- Ian, eres un chico muy especial
y observador, tienes una sensibilidad increíble. Y no
eres un niño malo, por pensar así, yo también lo pienso a veces. ¿ Cómo es posible que sepas adivinar mi dolor de madre?... Nunca te voy a
olvidar por ese corazón tierno y sensible, y espero
que tú no nos olvides tampoco. Oraré por tí
cada noche y te bendeciré siempre
como lo hace tu abuelita. Ven cuando
quieras a visitar a Sandra con tu abuelita Rosa,
y lo
abracé de corazón.
Ian me devolvió
el abrazo emocionado y pude
ver los ojitos aguados, de este niño de apenas 11 años. Rosa
también me abrazó y se
despidió emocionada. Le
agradecí mucho esta visita y quedé
maravillada viendo que aún en este siglo de violencias, guerras y odios,
nace un niño con tanto amor, y lo
comparte. Así mismo pido por mi nieta
Bianca, para que un día
sea una chica llena de ternura, profundidad y
sensibilidad, de amor por Dios y
por los demás.
Siempre lo digo, que a
veces los ángeles visitan a mi ángel.
Cuando ellos se marcharon, fui a buscar el significado del nombre IAN. Otra linda sorpresa,
'Regalo de Dios,' eso significa, y
es la forma
escosesa gaélica del nombre JUAN. Ya
ven, Ian fue un
regalo de Dios para nosotros hoy.
¡Qué linda historia, y que lindo ser humano es Ian! Gracias por compartirla.
ReplyDeletegracias Lillian...Xio
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