RAZA NEGRA, ¿ Y qué?...
(Día
de Martin Luther King, Jr.)
de Xiomara J. Pages
Enero 19, 2015
En un día como hoy que recordamos
al Reverendo
Martin Luther King, Jr., que luchó tanto por los derechos civiles de los
negros en este país, y logró que el Presidente Lyndon Johnson, aprobara una ley en 1965, a través de sus marchas
pacíficas, justo en la ciudad de Selma en Alabama (ver película en cines,
SELMA), es que recuerdo muchas cosas de mi niñez y de mi labor como madre de
mis hijos.
Recuerdo a Pancho, un gran amigo de mi padre de la raza blanca, casado con una
mujer mulata, hija de la pareja de un chino con una mulata, pero
ella era tan amable, tan culta y educada, que era un
encanto cuando venían a visitarnos. Tenia
una increible dicción, y tocaba piano.
Mí madre llegó a quererla mucho, y ella le decía a mi madre, Su Hermana. Cuando esta pareja tuvo un hijo, Papi fue el padrino.
Mi
padre que fue campesino, y luego de joven ya era barbero y comenzó a
trabajar de guaguero (trabajador de ómnibus)
en la Habana...tenía muchísimos amigos, siempre me enseñó el secreto de tener amigos, pues hablaba de aceptar a todos como eran, y ayudarlos siempre que
Dios nos diera la oportunidad. Eso era
ser amigo, aceptación y amor, pero
también una gran dosis de sinceridad,
por eso muchos de ellos eran
negros. Siempre
los escuchaba a él y a mis tíos, llamar sonriendo a sus
amigos..."Oye, Negro, ven acá a
tomar café (o una cerveza, tal vez)"...y nadie se ofendía, porque el
trato era siempre de hermanos.
O recuerdo a Edelmira, la mulata con una verruga grande sobre el labio, que
lavaba ropa para la calle, allá en mi cuadra
de barrio pobre de La Habana, y a quien mi madre le llevaba los uniformes de trabajo de mi padre
para lavar y planchar. Ella vivía en una
casa grandísima, donde vivían hijos,
padres y abuelos, y eran tantos, que todos
en el barrio le llamábamos, "La Casa de los 500" por razones obvias, pero ninguno de ellos jamás se molestaba. Se le
veía caminar por la acera a veces, con
sus collares de colores de su Religión
Yoruba, y hasta en ocasiones con un
tabaco, pero siempre sonriendo y
saludando a todos.
Recuerdo a una joven de mi cuadra,
que se llamaba Elena, era mulatica clara, de ojos verdes, lindísima con una figura espectacular, de esas que
entonces llamaban "Mulatica Jabá" pero era la más cariñosa que existía, aunque muy
determinada en sus cosas, y
con un diente de oro, cuando sonreía.
Tía Carmela, una tía de mi padre, le llamaba "Elenita del Cueto"
como una bailarina cubana de aquella
época, y le cantábamos también
una canción del mismo tiempo, El
Bombón de Elena, "Elena toma bombón, bombón toma Elena...."
escúchenlo aqui: (https://www.youtube.com/watch?v=zxRzoFWik-k)
En la misma cuartería donde vivía
Elenita, pero más hacia atrás por un pasillo de la casa vieja de
madera, salía una niña que jugaba con mi
hermana y conmigo las ruedas-ruedas en la calle o un juego de Jackies en el piso de
nuestra casa. Le apodaban "Papita"
(como las papitas fritas), pues era sumamente
delgada pero en vez de ser
blanca, era super negra, nunca supe su
verdadero nombre, pero así le llamábamos todos . Recuerdo una vez que unas primas del campo vinieron a visitarnos, y
jugando a las ruedas-ruedas, una de ellas no quiso estar cerca de Papita ni
darle la mano. Le retiró la mano con brusquedad y le
dijo: - "Quita, que me vas a
tiznar de negro." Papita se fue llorando, y yo me sentí
tan apenada con la pobre amiguita, que corrí
a contarle a mi madre , quien regañó
fuertemente a mi prima, igual que Papi
luego de saberlo, muy enfadado,
pues así no se trata a nadie, le dijo.
Recuerdo otra amiguita de la cuadra, Mirella Miravalles, una blanquita con pecas,
que era
muy vivaracha y venía mucho a casa a jugar, y su madre divorciada, andaba de pareja de un hombre
negro, y a ella no le hacía mucha gracia, pero mi hermana y yo
le insistíamos que no tenía importancia.
Casi al extremo de la cuadra, vivía
una joven estudiante ya mayor que
nosotras, era Selma, una chica negra, que iba al
Instituto Pre-Universitario con
nuestra prima Norma. El otro día cuando miraba la película del mismo nombre, pero el de
la ciudad de Alabama, pensaba en
ella.
Otra
señora negra muy dulce, que hablaba un poco enredado, pero
creo que tenía descendencia de Haití o
de Jamaica, porque vino a la Habana,
pero desde la provincia de Oriente de Cuba, tenía tres hijos. Ella se llamaba precisamente Dulce, y todos la conocían por "Dulce la Oriental." Siempre con un pañuelo en la cabeza (decía
ella para 'tapar las pasas'). Tenía
un hijo mayor, joven, muy bien
parecido, así como 'mulatico jabao' de ojos claros, pero era alcohólico y siempre andaba
cayéndose, y la pobre Dulce
buscándolo a gritos para sacarlo del 'Bar de Picolino' donde iba a tomar cervezas. Dulce también tenía un hijo retrasado y
mudo, del que nunca supe el nombre tampoco, pues todos le decían, "El
Mudito" de Dulce. A éste la gente cruel del barrio, se reía a su costa, y le daban a tomar cerveza y bebida
y
la pobre Dulce le prendía con
alfileres un letrero en la camisa, "Por favor, no le den bebida a mi hijo,
gracias, Su Madre." Y el tercer
hijo, mucho menor que sus hermanos, era Urbanito, buen amigo nuestro, con una linda sonrisa que
resaltaba junto a sus ojos sobre aquella piel que parecia de chocolate....Se fue a estudiar ya en tiempo de los Castros a una beca, y allí por accidente se electrocutó.
A veces
la pobre Dulce viene a mi mente.
'Panchita, la negra Panchita,' así le
llamaban mi madre y mi abuela materna
española Pepa (Josefa) , una mulata
que siempre olía a un perfume muy
rico, no sé si
de colonia o de polvos, y llevaba pulseras que sonaban al caminar. La recuerdo siempre, pues nunca me decía mi
nombre, sino "Muñeca" porque yo tenía pelo largo de crespos rubios, y largas pestañas, y
ella decía que parecía una muñeca.
En la cuadra de mi abuela Pepa, estaba una
mulata, super vistosa, todos los hombres
la miraban al salir, pues tenía tremendo cuerpazo y las caderas
bailaban cuando caminaba. Era
" María, la
Espiritista" quien visitaba a veces a casa de mi abuelita
y a otros vecinos de la
esquina como la familia toda de
mulatos Los Michelena, y una pareja
sin hijos pero con muchos gatos: Teodoro y Carola. Siempre
ella me auguraba cosas cuando me
veía ..."Esta niña va a ser balerina" (Bah,
eso decía yo siempre cuando era
niña, que bailaría ballet) ..
o "Tu vas a ser algo grande,
te van a envidiar muchos." (bueno
a todos nos envidian alguna vez ,
pero lo de grande, ja ja ja, si
sólo mido 4'9").... Me
intimidaba, yo le tenía un poco de
respeto.
En
la escuela primaria Felix Varela de Jacomino, tuvimos una directora que
de tan negra parecía
que era azul, pero muy
buena persona, nunca la olvido.
A mi hermana Bertica y a mí, nos dió
por poner una escuelita en el verano en casa, para ganar algún dinero, el costo era de 25
o 50 centavos por niño, por semana. Y como
mi hermana tenía
deseos de ser maestra 'cuando fuera grande' le
encantó la idea que mi madre nos
propuso. Teníamos los más chicos y los
más grandecitos. En nuestro cuarto improvisábamos mesas y
banquitos para los más chicos, y en el comedor sentábamos a los
mayorcitos. Mima era
la 'directora' para poner orden
y supervisar. Allí tuvimos blancos y negros y mejoraron en
lectura y otras asignaturas en la escuela, y las madres venían a agradecernos el adelanto de sus hijos.
Casi
dejo para lo último
entre mis recuerdos, alguien que
fue el primero entre ellos.
Nuestro profesor de clases
privadas de Inglés,
un negro re-tinto de las Islas Barbados, Mr. Thomas Bailey. Una figura paternal que nunca olvidaré y que
aún desde el Bronx de New York, donde fue a vivir, luego
de salir de Cuba, nos escribía. Hablaba con el acento británico, por eso aprendí
bien ortografía y gramática en
ese idioma, antes de llegar a este
país. Pero también nos dió
muy buenos consejos para la vida,
era un cristiano masón. Nunca pudimos tener una foto suya, pues en Cuba hasta eso escaseaba en aquella época antes de salir de Cuba, una simple cámara para retratarnos, pero llevo sobre todo su sonrisa, en mi mente y mi memoria...El enfermó
de Glaucoma y murió ciego
junto a sus
nietas, allá en New York.
En una ocasión, mi hijo mayor
se sentó al lado de una
niña negra durante su Primera Comunión, ya que era la única negra ese día entre
ellos, pues los otros compañeritos se burlaban, y no querían sentarse a su lado. Él le
mostró cariño y aceptación, a pesar de
la burla de los otros niños, y comentarios de otros adultos.
Y otro incidente, fue cuando
mi hijo menor iba en
un ómnibus a la escuela,
con una mujer chofer y otra que atendía a los niños. Eran
dos negras americanas, fuertes y musculosas que impresionaban. Cada vez que pasaban por los barrios de cubanos y latinos,
comentaban con roña y odio en contra de esa
etnia. Mi hijo las escuchaba alarmado, y me
lo comentó un día, algo
atemorizado. A la mañana siguiente, hice parar el
transporte, y en payama, bata y pantuflas, subí
y les comenté lo que mi hijo me
había confiado. Antes de que pudieran refutarme nada, les mostré
entre mis manos amablemente, todo
el material de libros, barajas, y
literatura sobre la aportación de los negros a la historia de este país de Estados Unidos.
Yo me he dedicado siempre
a comprarle a mis hijos (y ahora
a mi nieta) material de cultura y
educación para sus mentes, más que
juguetes y tonterías que tanto compran los padres hoy día. Los
visten, los calzan de marcas caras,
tienen todos los aparatos de tecnología, I-pads, I-pods, computadoras, celulares,
etc. pero olvidan la
mente y el alma de sus hijos.
Yo siempre les encargaba libros, videos y material por un catálogo llamado, "ARISTO
PLAYS" donde con cada juego, aprendían
algo útil para la vida, el dinero
(con Pay Day),
los idiomas, otras culturas , como compartir sentimientos y opinones (How to handle your Ups and Downs y el Feeling Game), de Geografia
(Where in the World) ,
de Ética, Moral y Cívica (historias de
personajes que se caracterizaran
con Honestidad, Perseverancia, Caridad, etc. etc.), lecturas
bíblicas infantiles, historias y cuentos,
y muchos otros incluyendo la historia de los negros
y precisamente sobre Martin Luther King, Jr., pues quería
que conocieran de todo en la
vida. Traté de darles siempre mi ejemplo de vida, junto con todo esto.
Esa mañana en cuestión, aquellas dos señoras negras conmigo en el ómnibus, se sintieron
abochornadas frente a mí, y me pidieron
excusas, pues como les dije, yo era una mujer de piel blanca, de origen Cubano, ciudadana americana
por muchos años, que no habia nacido en este suelo, y sin embargo, era la que les mostraba a mis
hijos el amor entre todos como hermanos, hijos de un mismo Dios, en vez de inculcarles odio
que solo sirve para dividir aún
más, la humanidad. Les dije
que ellas destruían con su equivocada
aptitud , lo que yo trataba de enseñarles a mis hijos.
Eran ellas
quienes más daño hacían
a su propia gente, pues al llegar de Cuba y
yo ver las divisiones y las injusticias en los buses y
bebederos de agua de aquellos
años, me sentí extraña
y apenada por ellos por su raza, y quería que mis hijos no les trataran mal, sino que aprendieran a
amarles. Y que hoy con
tantas leyes y consideraciones, seguían con
el odio.
Les hice la pregunta, ¿Que harán mis hijos si al
crecer, después de escuchar el amor que les enseñó su madre, escuchan por otro lado, los comentarios violentos y agresivos de esta
otra raza, con dos choferes en un ómnibus? Esa mañana, me pidieron disculpas y me
dieron las gracias, con los ojos
aguados, habían recibido una lección que
nadie antes les había mostrado.
Recuerdo un programa de aquella serie de
¿Qué
pasa USA?...donde Joe, habla
de su amigo negro... y cuando los americanitos le dicen, pero Joe tu amigo es negro, Joe responde..... "Ah, chico, Jose es cubano."
En una de mis tertulias mensuales,
tuve el privilegio de tener a la gran actriz peruana, la "Mamá Dolores" del Perú,
de la obra 'El Derecho de Nacer, ' Esther Chavez Constantino y su hija la actriz y directora, Ivette Kellems, interpretando un lindo poema de Victoria Santa Cruz, acompañado de tambor...que se llama NEGRA. Les invito a escucharlo en este enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=lN5M0jehU7s
Por eso repito, que hoy en día, se
ha abusado la situación de la raza para manipular a esta nación y dividirla aún más
entre hermanos. Nunca como ahora
he visto tan dividido a este país, después de tantos logros hacia adelante.
No es tiempo de dividir, sino de unir, y más
cuando finalmente tienen a un presidente negro, no debería existir ya tanto odio ni violencias como hemos visto en
las calles. ¿De qué nos sirvió una guerra civil que casi destruye la Unión Americana, y les costó la vida a ambos asesinados por extremos opuestos, a un
presidente republicano, Abraham Lincoln,
y a un hombre de sueños de paz y no violencia como Martin Luther King, Jr.???