Monday, October 6, 2014

EN EL CAMPOSANTO....por Xiomara J. Pages



En el Camposanto
por Xiomara J. Pages
Octubre  6, 2014

No acostumbro  a visitarlo  a menudo,  pero hoy  fui  al cementerio.   Generalmente  pongo flores en casa,  hago oraciones, medito, y prendo  mis velitas a mis difuntos.    Como dijo alguien, alguna  vez,  "No los recuerdo,  porque  nunca  los  he  olvidado."      


Visité la tumba de mis queridos padres y   suegros, les puse flores...ví  las tumbas de  familiares  nuestros y  del padre de mis hijos....Tomé  fotos, y  no estaba deprimida.  

  Hay quien piensa que visitar un cementerio  es  sólo un  signo de tristeza  o  depresión... Se  equivocan, no siempre es así.  


 

 

A  veces cuando  estamos luchando con tanto en la vida,  se nos amontonan  pruebas y retos,  es cuando se nos une el Cielo y la Tierra y no vemos el horizonte,  cuando  sentimos la necesidad de estar allí,  conversar  con  nuestros  muertos, sentir ese lazo  que una vez nos unió. 

  Les aseguro que nos dá  otra perspectiva de la vida.   Yo siento calma, sosiego  y  consuelo, y  me  devuelven   fuerzas,  el silencio y mis oraciones.    



Estas  reflexiones son las que me   hicieron  comprar  un  doble espacio allí,  para mi  hijita enferma  de nacimiento y para mí,  para estar como en vida, eternamente  juntas después de la muerte.     

Allí en el mismo lugar donde están mis  seres más queridos,   porque  tal vez  las generaciones futuras  un día  quieran  ir  allí y sentir esa paz  que yo siento cuando voy.    

 Como digo,  no  es a menudo,  ni   en días  muy señalados  en  que la conglomeración  asfixia,  donde muchos  van  por  compromiso, a  quedar bien, con quién????  me pregunto.... o  a   acallar  el remordimiento,  no sé,  no quiero juzgar.


Yo  voy   cualquier día,  cuando  sólo  mi alma lo pide....para  buscar un alivio, 


 un consuelo,  compartir  una  alegría  o una tristeza  en el viento,  con los que una vez fueron.......Encontrar  paz interior,  las mercedes de mi Credo.......allí  precisamente  en el Cementerio Católico de  'Our Lady of Mercy'  (Nuestra Señora de las Mercedes).  

 



   Allí,  donde  recuerdo    cuánto  fui  amada   por ésos   que ya no  están.   Y  sentada  hoy,   bajo  los rayos del  sol  y la brisa de los árboles, recordé    los viejos versos de Bécquer,     

 "... Dios mío, que solos se quedan los muertos."

 


 






 "Cerraron Sus Ojos" del poeta español Gustavo Adolfo Bécquer:

http://www.youtube.com/watch?v=zdZLWNbtGk8

Wednesday, October 1, 2014

"...HOY TENGO A CUBA EN EL CUERPO..." (*) Xiomara J. Pages



"...HOY  TENGO A CUBA EN EL CUERPO..."    (*)
Xiomara J. Pages
Octubre 2,  2014

Era  un día alegre y triste  a la vez, como lo es hoy  al recordarlo: 
Sí...el  tan esperado día,  desde 1962... cuando quedamos  sin poder viajar,  con pasaportes y Visas Waivers  listos para marchar,  y frustrados,  al romper relaciones  los dos países: Cuba y Estados Unidos.    Finalmente había llegado el día,  nos  marchábamos de la tierra natal,  de la Cuba  Comunista  para exiliarnos,  mis padres, mi única hermanita de 17   y  yo  aún de 18,  en los Estados Unidos de América... 

Acá  llegamos un  2 de Octubre, 1968.



Era  la tarde de Septiembre 30,  1968...un hermano de mi madre (Tío Julio)  nos llevaba en su auto, con unas maletas chicas, que contenían  apenas dos mudas de ropa  y lo puesto,  era todo lo que permitían.  Sin dinero, sin otros papeles que un pasaporte  cubano  marcado  NULO  (aún lo conservo).    Las lágrimas no nos dejaban ver a lo  lejos  a las abuelas, los familiares, vecinos y amigos que iban quedando atrás  llorando,   parados  en la acera  de  la casa donde  ya no  viviríamos,   ni veríamos  más.
  
Mi madre  llevaba  un sobre con muchas fotos de nuestra niñez, y de su noviazgo y matrimonio con mi padre, fotos todas de un pasado,  que a  los comunistas,  les molestaba  verlas, y  rompieron  algunas  de ellas,  algo que era irremplazable.  
Nos humillaron  verbalmente todo lo que quisieron,  para ellos, éramos los "gusanos" ...los "contrarrevolucionarios" ... los "apátridas" ... y un  sin fin de nombretes  de la  jerga comunista..... Nos pusieron una vacuna que no era necesaria  con tal fuerza,  que parecía  que nos agredían  en vez de vacunarnos.... Nos  registraron íntimamente, mi  madre  les decía a las milicianas,  "Mis hijas, son señoritas, son vírgenes.."   Ellas reían burlonas, pero al menos  respetaron  un poco  la timidez de mi hermana y  la mía.


 
Yo había cosido la ropa que traíamos puesta  mi madre, mi hermana y yo.. el sobretodo  o  abrigos de paño que llevábamos, los había confeccionado  con la ayuda de una prima costurera y sastre, Delia.   Para  alcanzar  la tela de paño fueron dos noches enteras de madrugada en cola frente a la tienda, con una libreta 

de abastecimiento donde lo anotaban todo,   pero  sólo alcanzamos  a la de color rojo y rosado.  Mi madre llevaba el sobretodo rojo, y mi hermana y yo, los rosados.   Aunque no combinaba con mucho, al menos tendríamos un abrigo para seguir  a   New York,  donde una prima  (Elisa) que vivía   en el Bronx,  nos había reclamado.

 Supuestamente  volaríamos hacia Miami en la mañana  del 1ro.  de Octubre, pero  siempre  ponían  personas de más en la lista, por si alguna no podía viajar por algún  problema de papeles, equivocaciones en nombres y datos, etc.    Hablaban d e que mi  nombre  estaba mal escrito o algo por el estilo, o que faltaba mi segundo nombre.    Mi madre insistía en que nos  iríamos juntos los cuatro, o ninguno  saldría.   Mi  padre la calmaba diciéndole que así  sería  pero  que  no dependía de nosotros, sino de ésos que se adueñaron del destino de Cuba.   Ese día,  no salimos, nos quedamos  desconsoloados en el salón,  viendo partir el avión.


Un ómnibus nos vino a recoger a varias familias .  Nos vendaron los ojos antes de montar  para que no viéramos a dónde nos llevaban.  Se detuvieron frente a  dos casas  cerca la una de la otra,  y  no  muy lejos del aeropuerto  de Matanzas (el Laguito, le llamaban).   Nos hicieron quitar las vendas antes de bajar.  Luego, nos  separaron,  los hombres  irían a una casa  y las mujeres y niños a otra.  Allí  pasaríamos la noche,  con mucho malestar y fiebre de las vacunas,  y poca comida que nos dieron,  hasta que nos vinieran a recoger a la mañana siguiente para salir.

Durante la madrugada nos despertaron  unos disparos de anti aéreas.  Mi madre se asustó, no sabía lo que pasaba.  Por una ventana gritó, "¿Luis, Luis, estás bien?"   ...Papi  respondió  desde la ventana de la otra casa..."Tranquilas, estoy bien."   Los militares  armados  que rondaban y cuidaban  el  área,  nos mandaron a callar de mal  modo  a todos,  mostrando sus rifles frente a las ventanas,  y ordenando  que  no  comentáramos  nada de lo  escuchado,  si no queríamos  perder la salida del país.

Al fin los nervios y el cansancio, me rindieron, mi hermana estaba dormida a mi lado,  febril como yo,   e incómoda,  pues hacía  poco  le habían quitado el  yeso de  una pierna , por una caída del camión donde nos llevaban como ganado,  a trabajar  forzado en campos de concentración,  por querer  irnos del pais..   Mi  madre  no durmió  en toda la noche, tampoco mi padre.

A la mañana siguiente, los militares  nos despertaron a gritos dando órdenes,  para  alistarnos  en una carrera,  apenas  enjuagándonos  los ojos y la boca.  Nos dieron un trozo  de pan  y algo que parecía  ser café,  no lo recuerdo.   No  había tiempo   para arreglarse mucho,  ni  para cepillarse  ni mucho más.... De nuevo  las vendas  en los ojos,  para montar  el ómnibus   que de nuevo   nos condujo  al  aeropuerto.  

 Sentados  impacientes en  aquella sala  de espera,   y rogando a Dios en silencio... vimos llegar a los americanos desde el avión,  rubios, altos,  hablando Inglés,  que nos  pareció  canto de ángeles.   Nos llamaron por una lista, y fue mágico  escuchar  nuestros  nombres  claramente con ese acento  anglo.  Pero no podíamos  sonreír,  la alegría había que esconderla,  todo se conducía con seriedad,  aún estábamos en el terreno del enemigo.



Mis padres y nosotras, los cuatro,   caminamos por la pista hacia la escalinata del avión.   Ya habíamos  entregado  nuestras humildes maletas para Cargo...  Mi corazón  latía tan aprisa que parecía salirse del pecho.  Mis manos estaban frías del nerviosismo.   Finalmente subimos los escalones.   Antes de entrar al avión, miré  hacia atrás,   divisé  los paisajes cubanos que sospechaba no vería jamás.   Lloré  de alegría,  pues dejaría  atrás  la dictadura, el horror,  las humillaciones,  la esclavitud,  la escasez...pero lloré  de tristeza, me arrancaban de raíz  de lo conocido, de mi tierra, mi familia, todo lo que hasta ese día conocía como algo querido en mi vida.

Nos sentamos  ya dentro del avión, y  nos amarramos los cinturones.  Permanecimos en silencio, aún los militares comunistas estaban dentro de aquel avión,  chequeaban a ver si no había alguno que se colara para escaparse de Cuba....Todavía  no  éramos libres.

Finalmente,  se  bajaron los militares,  y cerraron  las compuertas del avión... Era la primera  vez  que  yo viajaba en un avión,  el corazón seguía latiendo  a prisa.  Mi hermanita me sostuvo la mano.  Todos sonreímos nerviosos, y los cuatro hicimos  la señal de la Cruz, estábamos  en camino a la libertad,   pero  en las Manos de Dios.

Al  llegar a Miami,  bajamos la escalinata del avión....Nos recibió   un sacerdote católico, y otros  cubanos.   No s condujeron a la llamada Casa de la Libertad  cerca  del  Aeropuerto de Miami,  en un ómnibus,  conducido  por un personal  vestido  de  verde  olivo , en  el  que  no  confiábamos....¿Estaríamos  aún en Cuba?  ...   Nos tomó  tiempo darnos cuenta que ya estábamos en Miami, pero  escuchar el Inglés...ver los letreros de tantos negocios (recuerdo con que  alegría ví   el conocido  letrero  en la Cuba de ayer, de la  gasolinera  SHELL), nos devolvió  la  alegría  y tranquilidad.  De repente, todos comenzamos a aplaudir dentro del Bus....Ya  éramos  por fin,  LIBRES,  aunque el futuro  nos fuera  incierto,   sabíamos  que sería   mucho  mejor  que  estar en Cuba.  

 

Al entrar en la Casa de la Libertad,  me pareció  que todo olía  tan limpio, tan suave y fresco,  todo  parecía  bonito,  arreglado,  organizado.   Las personas que nos  recibían  eran  amables,  nos brindaron  de comer,  ese  sandwich  me supo  a gloria,  con jamón  y queso que no comía  hacía  tanto tiempo..  Los grupos católicos  nos entregaron    unos estuches  con productos de higiene, jabón, desodorante,  atomizadores,   etc.   Mi madre  tomó un  desodorante  en spray   y se lo puso en el pelo, equivocada....jajaja... 

 
Nos  preguntaron   si continuaríamos   para  New York.   De ser  así, nos  entregarían  $ 100.- a cada uno,  un abrigo  y unas botas  pues comenzaba el invierno  allí.    Mi padre  dijo que no aceptaría  ningún tipo de ayuda,  que esa ayuda la  dejaran  para personas más necesitadas  o  con niños y  ancianos,  pues éramos  cuatro adultos y  veníamos  a  trabajar  y hacer un nuevo  futuro,  pero que  preferíamos  quedarnos en Miami.  A mis padres no les gustaba el frío.  Teníamos  una tía  en Miami,  que había  llegado  8  meses antes  que  nosotros,  y varios  amigos  de mi padre,  que nos ayudarían.    Así   fue,  aparecieron amigos de mi padre  que llegaban a menudo a ver las listas con los nombres de los que iban llegando.   Nos llevaron a su casa a darnos un baño y a  comer.   Luego nos quedamos  en casa  de  mi Tía Alodia.  Durante el tiempo que duraron los Vuelos de la Libertad  (como  fueron  nombrados  por el Presidente Lyndon Johnson),  se leían las listas de pasajeros,  por las primeras estaciones de radio en español, gracias a los cubanos,  recuerdo  WFAB- la FABULOSA.... Y  fueron  muchos los cubanos,  que  en espera de sus familiares y amigos,  iban allí a la Casa de la Libertad ,  a leer los listados  que ponían en las paredes,  a ver si alguien conocido les  había  llegado.   (Esa Casa, fue luego destruída, pero en su lugar,  hay un muro, con una  placa  de bronce grabada,  donde  dice que  allí estuvo, La Casa de la Libertad  para los Cubanos que llegaban de la isla en los Vuelos de la Libertad, cerca del perímetro del aeropuerto de Miami).



Mi  padre y mi madre quedaron a dormir en casa de Tía Alodia (un garage cerrrado y convertido en un  Efficiency),  y mi hermana y yo quedamos en el apartamento  del hijo de Tia Alodia, el primo "Caco"  y  su  esposa  boricua,  Lidia,  una  rubia  despampanante  que fue muy amable con nosotras dos, y nos hizo sentir siempre muy bien en su casa.   


Mi hermana y yo sabíamos  un Inglés  británico  desde Cuba, pues mi padre  nos pagó   clases privadas,  a escondidas del gobierno cubano,  con un profesor de la raza  negra de las Islas Barbados,  Mr. Thomas Bailey,   quien ya  vivía  en el Bronx de  New  York  y  había  entablado  amistad  con  mi prima  Elisa  en esa ciudad.

  Mi hermana Bertica y yo en Miami. 1969
 
Unos días después de nuestro  arribo,   el  FBI  contactó a mi padre.   Se lo llevaron con los ojos  vendados  en un carro.   Luego  papi  nos contó que lo llevaron a una casa  alejada y vacía,  le dieron un rico  sandwich y soda,  y le  hicieron preguntas sobre  las  antiaéreas  que  habíamos  escuchado  en Matanzas, Cuba,  la noche antes  de  partir.     Efectivamente,  las antiaéreas  cubanas  habían detectado un avión  americano  volando y le habían tirado.   Eso fue lo que escuchamos aquella noche  que  mi madre se asustó tanto, pensando que si algo pasaba,  o si un ataque  americano  se producía,   éramos  nosotros  los  que estábamos para irnos del país,  los primeros  en ser eliminados.




Hoy recuerdo  que  han pasado 46 años,  que mis abuelitas murieron sin poder abrazarlas de nuevo...que  algunos  tíos   vinieron de visita con el tiempo,   y que  otros  primos,  también salieron después,  y  viven  como nosotros  en Estados Unidos.    Pero Hoy,  siento un sentimiento de Caribe, de maracas y son,  de café  y ron,  de palmeras  y  salitre... porque a pesar de todo,  allá  quedó  mi niñez, mi adolescencia,  los primeros sentimientos de  amor y  juventud,   recuerdos y memorias  de aquellas abuelas tan especiales, y de  una familia muy unida.  


 Mi madre con nosotras en Pinecrest, en aquel entonces, El Parrot Jungle, 1969 



Y Cuba,  a pesar de  amar  tanto  a esta otra  tierra americana, que hoy  es  tan  mía  como aquélla,  y  es  de mis hijos y nietos,  esa Cuba,  la Cuba que conocí  y  amé,  siempre  estará  tatuada dentro de mi corazón.    Uno  no  deja  de amar a un primer hijo,  por haber tenido un segundo o un tercero....Los ama a todos  por igual.


Pero , Hoy, Octubre  2,....como diria, la poeta cubana ya fallecida, Carmen Luisa Pinto......."Hoy tengo a Cuba en el Cuerpo".....Xio

Poesías que siempre me hacen recordar a Cuba:



(*)    
HOY TENGO A CUBA EN EL CUERPO
de  Carmen Luisa Pinto
Primer Premio del Concurso Panamericano de Poesía
de New York "Eugenio Florit"

Hoy tengo en el corazón
una espina de la tierra,
un sollozo de esta guerra
que va bailando en un son,
ansias de un café dulzón
colado en una tetera,
susurro de mis palmeras
en las márgenes de un río,
la vista de un lomerío
donde ondee mi bandera.
Hoy tengo en cada mirada
una esquina detenida,
voy andando entretenida
por esa vieja Calzada
de Luyanó que en picada
me lleva a Cuatro Caminos
para encontrar los amigos
con quien me voy al Vedado
siguiendo hasta Marianao
saludando a mis vecinos.
Hoy tengo junto a mi boca
un suspiro detenido
un permanente sentido
que a la lucha me provoca,
la Patria es una derrota
que se sembró en mi país,
fruto de pueblo infeliz
que no encuentra regocijo.
clavado en un crucifijo
que fuera echando raíz.
Hoy tengo en el sentimiento
a mis nietos y a mis hijas,
que son abiertas hendijas
al centro de mis lamentos,
escondida en mis tormentos
me consuelo con las fotos
que llegan poquito a poco
de la que queda con vida,
la otra espera dormida
bajo una mata de coco.
Hoy tengo en la madrugada
al malecón habanero
incrustado en el sendero
de un expressway que cansada
transito como alelada
tomada por los recuerdos,
dicen los que no están cuerdos
que ya no es bella La Habana
pero esta triste cubana
hoy tiene a Cuba en el cuerpo.

===

YO, SOY CUBA
por: Dinorah Rivas
Dime extranjero. ¿Que sientes al ver tu tierra?
Ver sus montes, sus praderas, sus rios, sus llanos.
Mientras hoy vive el cubano atado de pies y manos.

Dime extranjero. ¿Que sientes al ver tu tierra?
Respirar su aire libre, ir y volver cuando quieras,
Sin que exista un cruel tirano que tronche tu
hermoso sueño y deshonre tu bandera.

Dime extranjero. ¿Que sientes al ver tu tierra?.
¡Ver a tus padres, a tus hermanos, a tus hijos!.
A ese ser que te espera con ansias de posar en tu
frente un beso;
Mientras hoy vive el cubano llorando su tierra en versos.
Mientras hoy vive el cubano lejos de su terruño, alimentando el recuerdo, hablando, ...siempre de Cuba;
De aquellos dias felices que ya nunca volveran.


Solo te pido mi amigo me perdones, si insistente te hablo de mis angustias, que son mias y de nadie mas.
Pero no pretendas nunca, que deje de hablar de mi Patria, de esa Patria que es relieve en el fondo de mi alma.
Que la llevo en mis entrañas en mis venas y en mi sangre.

¡Como no hablarte de Cuba, si yo, soy Cuba!
Mi risa es Cuba, mi acento es Cuba,
mi llanto es Cuba y mi amor es Cuba.
Yo soy Palma... ¡Yo, soy Cuba!
Soy sinsonte... ¡Yo, soy Cuba!
Yo soy caña, mariposa, colibri, ¡Yo, soy Cuba!
 
Por mis venas late el son...
Yo soy ritmo, soy cancion, yo soy lira.
 ¡Yo, soy Cuba!
Soy tu amiga; ¡Yo, soy Cuba!
Toma mi mano; ¡Yo, soy Cuba!
Soy Maceo, soy Marti, soy, ...el dolor de un pueblo;
 ¡Yo, soy Cuba!

Como olvidarme de ella, de esa Isla a la que adoro,
y de ese mar, que aunque hermoso, es vil sepulcro de los
sueños de mi gente.

Como olvidarme de Cuba; ¡Seria olvidarme de Dios!
¿Por que cercenas mi voz si Cuba es grito en mi garganta?
¿Como acallar mi nostalgia? ¡Oh Dios! Si en ti, he puesto toda
mi fe.

¿Como olvidarme de Cuba, mi amigo?
Si toda yo, desde la cabeza a los pies...
¡Soy Cuba!

 =


DEL OTRO LADO DEL MAR
De Felix  Pages
Allá se quedaron ilusiones y anhelos
se quedaron amores que no puedo olvidar
se quedaron mis sueños y mis desvelos
bajo aquel hermoso pedazo de cielo
Allá... del otro lado del mar.
Allá se quedaron las huellas de mi infancia
ilusiones dormidas que ansían despertar
de mi bello jardín se quedó la fragancia
allá... muy lejos en la triste distancia
Allá... del otro lado del mar.
Allá se quedaron los azules valles
los campos de caña... el verde palmar
se quedó mi pueblo con sus quietas calles
se quedaron mis risas, mis penas, mi ayes...
Allá... del otro lado del mar.
Allá se quedaron los viejos amigos,
se quedaron mis noches... se quedó mi soñar
se quedó aquel lucero que soño conmigo
que fue de mis penas un mudo testigo
Allá... del otro lado del mar.
Allá se quedó rugiendo el tirano
que quiere a mi pueblo asfixiar...
empuñando el azor en su mano,
verdugo implacable que azota al cubano
Allá... del otro lado del mar.
Allá se quedaron pasiones dormidas
se quedaron angustias... se quedó mi pesar...
mi alma fallece del dolor oprimida
porque alla se quedó LO MEJOR DE MI VIDA
Allá... DEL OTRO LADO DEL MAR.
 

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chequeen este enlace del poeta y periodista LUIS MARIO:
Cuando yo vuelva a Cuba, de Luis Mario

http://www.poesialuismario.net/cuandovuelvaacuba.html