Friday, March 22, 2013

UN TRANVíA LLAMADO DESEO (Opinión de la periodista y escritora Xiomara J. Pages)



UN  TRANVíA  LLAMADO  DESEO 
(Opinión de la periodista y escritora Xiomara J. Pages)
Marzo 21, 2013

            El  17 de Marzo, 2013, fui  a ver la última puesta en escena de Un Tranvía Llamado Deseo,  por la Compañía El Ingenio Teatro, en el Teatro Trail de la Ciudad de Miami.    Versión libre de Raquel Carrió sobre la obra maestra del escritor y dramaturgo  norteamericano  sureño, Tennesse Williams,  obra que  le  hizo  ganar  dos  premios Pulitzer  en 1947, y un  Drama Critics' Award,   basándose en sus  experiencias  en las calles  de New Orleans  a donde se mudó  a los 28 años de edad, luego de graduarse de la Universidad de Iowa.
            No soy crítico de arte, ni pretendo serlo, aunque me gusta el teatro, y aprecio sobremanera  el esfuerzo  tanto de actores y directores, productores y patrocinadores en lograr  traer lo mejor  a nuestra ciudad.   El arte (en este caso, el teatro)  siempre  ha de  luchar  mucho  para  imponerse, para triunfar y  permanecer, a pesar de ser uno de  los  alimentos más importantes para la vida y el alma  del ser humano.
            Dicho esto,  a pesar de la creatividad e imaginación de los que escriben estas vesiones libres, no todas son de mi agrado, ni todas alcanzan a  convencernos como algo  superior.  Doy mi opinión sincera sin ánimos de hacer sentir mal a nadie,  aunque algunos lo toman muy personalmente.   Pero a veces, es muy difícil   superar  la fama que las versiones originales han alcanzado,  aunque  sea  aplaudible  que  traten de hacer  versiones libres.  Ahí está siempre la creatividad  y el reto para el  artista, y el riesgo de escuchar opiniones diferentes.
            La puesta en escena de Un Tranvia Llamado Deseo, fue un reto gigante, pero no  estuvo del todo mal.  Las actuaciones fueron de primera calidad, aunque cabe destacar la actuación de la primerísima actriz Marta Velasco (Eunice  la vecina)  al punto que aún  desconociendo  quién  era  la actriz,  su sola presencia y el fácil manejo  en  el escenario, delataban que  estábamos  frente a  una SEÑORA  ACTRIZ.   
            Los demás actuaron  muy bien  (incluyendo  los extras: marineros, doctor, etc). Algunos  pareciera que  actuaban  sus propios  personajes de la vida real,  y  no  los  de la obra.  Gabriel Porras (Stanley)  y Rosalinda Rodríguez (Stella),  aunque buenos actores, y lo hicieron muy bien, me parecieron  demasiado  "mejicanos"  al actuar sus  parlamentos y esto no es prejuicio, es  solo una observación, no un  comentario  desfavorable, solo mi apreciación.   Sonya Smith estaba convincente en el  papel de la gitana, vendedora de flores, aunque  su maquillaje me pareció exagerado, y su voz necesitaba   proyectarse un  poco  más  para poder  escucharla.   Diana Quijano en el papel de Blanche, lo hizo  muy  aceptable y con elegancia.    Rocío Carmona,  haciendo de  Mensajero y  Novio Suicida, no me impactó  lo suficiente; confundía  algunas  veces,  el acento  de España  por un lado,  y  el  Sureño  por el otro.   Jorge Alvárez  (en el papel de Mitch)  me pareció  también  un  actor muy bueno.              
            A pesar de la desnudez del acto sexual entre Gabriel Porras y Rosalinda Rodríguez,  hecho  no obstante, con elegancia y sutileza,  no  me logró  impactar  tanto como  la mímica  sexual  que  realizó  Marta Velasco  aún  con la ropa puesta.  Para mí un indicio de  su escuela,  trayectoria, y  experiencia.
            La banda , Picadillo, es  magnífica,  pero la música seleccionada  (mezcla de Jazz, música americana, guaguancó, etc.)  para esta obra, aunque  muy  buena   indiscutiblemente,  no la sentí  acorde con la  obra teatral.  No se trataba de un solar habanero,  sino de una vecindad  pobre  con inmigrantes, en una ciudad sureña, donde el machismo no era el latino,  sino más bien diferente, europeo y norteamericano.
            Si  tuviera que  escoger  los actores más destacados  en esta obra, diría que Marta Velasco  y  Jorge Alvarez,  junto  a Sonya Smith, serían los  seleccionados,  aunque  la obra  impacta como  es natural, en el teatro moderno y  contemporáneo,  por el desnudo,   presentado  en la escena sexual  por  Porras y Rodríguez,  que repito, se logró  muy bien.
            De nuevo,  no soy experta,  reconozco la calidad de los actores escogidos, y se nota  la buena dirección  de Lilliam Vega.  Yo solo  soy alguien que gusta del teatro, y mis comentarios  son como tal.  Por lo tanto, felicito a  la Compañía El Ingenio Teatro, al Teatro Trail, a los actores, directores y productores de éste y todos los teatros con que contamos, al igual que a  todos los que  apoyan y patrocinan,  por hacer de Miami  cada día más, una  meca de arte y cultura.   Mi  humilde opinión  y  que,   ¡Viva el Teatro!.

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