UN TRANVíA LLAMADO DESEO
(Opinión de la periodista
y escritora Xiomara J. Pages)
Marzo 21, 2013
El 17 de Marzo, 2013, fui a ver la última puesta en escena de Un
Tranvía Llamado Deseo, por la
Compañía El Ingenio Teatro, en el Teatro Trail de la Ciudad de Miami. Versión libre de Raquel Carrió sobre la
obra maestra del escritor y dramaturgo norteamericano sureño, Tennesse Williams, obra que le hizo
ganar dos premios Pulitzer en 1947, y un Drama Critics' Award, basándose
en sus experiencias en las calles de New
Orleans a donde se mudó a los 28 años de edad, luego de graduarse de
la Universidad de Iowa.
No soy
crítico de arte, ni pretendo serlo, aunque me gusta el teatro, y aprecio
sobremanera el esfuerzo tanto de actores y directores, productores y
patrocinadores en lograr traer lo mejor a nuestra ciudad. El
arte (en este caso, el teatro) siempre
ha de luchar mucho para
imponerse, para triunfar y permanecer, a pesar de ser uno de los alimentos
más importantes para la vida y el alma del
ser humano.
Dicho
esto, a pesar de la creatividad e
imaginación de los que escriben estas vesiones libres, no todas son de mi
agrado, ni todas alcanzan a convencernos
como algo superior. Doy mi opinión sincera sin ánimos de hacer
sentir mal a nadie, aunque algunos lo
toman muy personalmente. Pero a veces, es muy difícil superar
la fama que las versiones originales han
alcanzado, aunque sea aplaudible que traten de hacer versiones libres. Ahí está siempre la creatividad y el reto para el artista, y el riesgo de escuchar opiniones
diferentes.
La
puesta en escena de Un Tranvia Llamado Deseo, fue un reto gigante, pero no estuvo del todo mal. Las actuaciones fueron de primera calidad,
aunque cabe destacar la actuación de la primerísima actriz Marta Velasco (Eunice la vecina) al punto que aún desconociendo quién era la
actriz, su sola presencia y el fácil
manejo en el escenario, delataban que estábamos frente a una SEÑORA ACTRIZ.
Los demás
actuaron muy bien (incluyendo los extras: marineros, doctor, etc). Algunos pareciera que actuaban sus propios personajes de la vida real, y no los de la
obra. Gabriel Porras (Stanley) y Rosalinda Rodríguez (Stella), aunque buenos actores, y lo hicieron muy bien,
me parecieron demasiado "mejicanos" al actuar sus parlamentos y esto no es prejuicio, es solo una observación, no un comentario desfavorable, solo mi apreciación. Sonya
Smith estaba convincente en el papel
de la gitana, vendedora de flores, aunque
su maquillaje me pareció exagerado, y su voz necesitaba proyectarse un poco más para poder escucharla.
Diana Quijano en el papel
de Blanche, lo hizo muy aceptable y con elegancia. Rocío Carmona, haciendo de Mensajero y Novio
Suicida, no me impactó lo
suficiente; confundía algunas veces, el acento de España por un lado, y el Sureño por el otro.
Jorge Alvárez (en el
papel de Mitch) me pareció
también un actor muy bueno.
A pesar
de la desnudez del acto sexual entre Gabriel
Porras y Rosalinda Rodríguez, hecho no obstante, con elegancia y sutileza, no me
logró impactar tanto como
la mímica sexual que realizó
Marta Velasco aún con
la ropa puesta. Para mí un indicio
de su escuela, trayectoria, y experiencia.
La banda
, Picadillo,
es magnífica, pero la música seleccionada (mezcla de Jazz, música americana, guaguancó,
etc.) para esta obra, aunque muy buena indiscutiblemente, no la sentí acorde con la obra teatral. No se trataba de un solar habanero, sino de una vecindad pobre con
inmigrantes, en una ciudad sureña, donde el machismo no era el latino, sino más bien diferente, europeo y
norteamericano.
Si tuviera que
escoger los actores más
destacados en esta obra, diría que Marta
Velasco y Jorge Alvarez, junto a Sonya Smith, serían los seleccionados, aunque la obra impacta como es natural, en el teatro moderno y contemporáneo, por el desnudo, presentado
en la escena sexual por Porras y Rodríguez, que repito, se logró muy bien.
De
nuevo, no soy experta, reconozco la calidad de los actores escogidos,
y se nota la buena dirección de Lilliam Vega. Yo solo soy alguien que gusta del teatro, y mis
comentarios son como tal. Por lo tanto, felicito a la Compañía El Ingenio Teatro, al Teatro
Trail, a los actores, directores y productores de éste y todos los
teatros con que contamos, al igual que a todos los que
apoyan y patrocinan, por hacer de
Miami cada día más, una meca de arte y cultura. Mi humilde opinión y que, ¡Viva el Teatro!.
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