Monday, September 24, 2012

Mujer Maravilla o Super Woman

Mujer Maravilla o Super Woman

de Xiomara J. Pages (*)

Septiembre 23, 2012  

  

Amanecí descansada. Había dormido más de 10 horas, algo poco usual en mí. La tarde anterior la pasé en casa de mi sobrino, en la piscina con sus hijos y familia. A pesar de la fuerte lluvia, no fue impedimento para divertirnos y compartir bajo el diluvio en la recién estrenada alberca. El juguetear con los chiquillos me hizo llegar a casa muy cansada y con deseos de irme temprano a la cama. Pero al amanecer de hoy, sentí satisfacción, por dos motivos. Recordaba lo bien que lo había pasado, y un sueño que había tenido durante la noche.

 

En ese letargo entre el fin de la noche y el comienzo del alba, aquel sueño me pareció algo infantil. Yo en medio de un grupo de mujeres, pero ésta era una reunión general de SuperHeroes (http://es.wikipedia.org/wiki/Superh%C3%A9roe). Allí nos explicaban nuestros poderes especiales, y yo desconocía cuál era mi personaje. Sólo recuerdo llevar una peluca corta con cerquillo o flequillo en la frente, de un color más o menos azulado. No alcancé a ver mi vestimenta, pero a través de un espejo, ví que era ajustada a mi cuerpo, que se veía muy bien formado y ligeramente más delgado, con varias libras o kilos de menos de mi peso actual. Curiosa e inquisitiva como siempre, pregunté a los demás, cuáles eran mis poderes sobrehumanos. Una señora ya mayor me respondió, "Tocas con tu mano el pecho de las personas, y las conviertes en personas buenas." Y justo en ese momento, comencé a imponer mi mano derecha sobre el pecho de cada uno de los presentes... Al instante, desperté. 

 

la claridad de la mañana ya sin lluvia, entrar por las rendijas en los ventanales de mi dormitorio. Me sentí viva, respiraba y me estiraba aún en la cama, con una sensación de paz. Medité sobre el sueño, y lo comenté con la terapista de mi hija crónicamente enferma. Llegamos a la conclusión de que se requiere una Mujer Maravilla o Super Woman, para enfrentar lo que estoy viviendo en estos tiempos tan difíciles. Ella manifestaba su admiración por mi capacidad de sobrevivirlo todo con tanto amor y entereza. Un ejemplo para muchos, dijo, ésos eran mis poderes especiales.

 

Besé el rostro de mi hijita que me miraba desde su sillón de ruedas, y dí gracias a Dios, por este techo que trato de defender con todas mis fuerzas, durante la crisis económica, para no perder nuestra casita. Mi casa, como diría Mark Twain (http://es.wikipedia.org/wiki/Mark_Twain) que no es de cemento, ladrillos, ventanas y puertas solamente. Nuestra casita, pintada con los colores rosa antiguo y azul, como los de las princesas que tanto gustan a mi hija-ángel, nuestra choza humilde que tiene un corazón que late, y está llena de la gracia de Dios... esa gracia que nos toca a mi Angel y a mí, como la siente todo el que entra a nuestro hogar.

 

Y pensaba en las casas que he vivido, y recordé mi hogar de niña, el ambiente de amor donde crecí, con valores y emociones; y luego el hogar que forjé un día para mis hijos con muchos más afectos. También en esas casas, además de lo material, hubo gracia de Dios, aunque ya fueran, aunque ya se hayan ido.

 

La familia, cuando hay amor, es uno de los más grandes regalos, el mayor privilegio de la vida. Separarse de ellas, es el peor castigo y la pena más considerable. Es ése el gran sufrimiento de los hijos de la tierra donde yo nací: la separación de las familias y los amigos, los vecinos, aquellos testigos de quiénes fuimos en esa niñez y juventud... Y volví a las palabras del autor americano... "A veces le damos la bienvenida al sol, y otras, no estamos listos para verlo..." solo lo estamos para la lluvia... Tal vez sea ésa la razón, de tanta lluvia en mi barrio por estos días...

 

Pero hoy no llueve, y siento paz. Abro la puerta que da al portal... Enciendo el motor de la fuente de agua con las esculturas de angelitos que le adornan, y el agua chorrea cantarina, a la entrada del jardín.... De nuevo medito sobre mi sueño, colocando esta vez mi mano derecha sobre el pecho... Yo también quiero transformarme, en un ser humano, aún mejor.

(*) Xiomara J. Pages es una escritora independiente, periodista y conferencista de motivación. Tiene cuatro libros de su autoría, y colaborado en otros. Ha impartido talleres en Los Estados Unidos, Europa y Latinoamérica. Realiza trabajo voluntario para la Fundación Internacional del Síndrome de RETT (enfermedad que padece su hija). Se ha interesado en los padres de hijos discapacitados, ancianos, violencia doméstica y asuntos sobre la mujer. Apoya el arte y la cultura en su comunidad. Puede escribirle a Sonrosas@aol.com

 

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