Monday, October 29, 2012

Tormentas, Elecciones y Dios



Tormentas, Elecciones y Dios
por Xiomara J. Pages (*)
Octubre 30, 2012

            En el año 2000,  salió una película de Warner Brothers,  llamada  The Perfect Storm,  basada en el  libro  del mismo nombre,  del autor y periodista  Sebastian Junger, con el  actor  George Clooney.   Esta película basada en hechos reales,  narra  la  lucha en altamar de  unos pescadores  en medio de una tormenta.    Una  embarcación sale  desde  Massachusetts  para  pescar en las aguas del  Atlántico Norte,  y dos  semanas más tarde  se tropiezan con algo nunca  acontecido:  La  Tormenta Perfecta.  
   
            Desde un sentido metereológico,  podemos  ir  hacia atrás,  al 20 de Marzo  de  1936, donde una tormenta  parecida se desarrolló  en Port Arthur, Texas,  causando  una  cadena  de  siete  situaciones  poco  usuales, que culminaron  en  una gran   inundación.   Pero  fue precisamente  Sebastian  Junger  en 1993,  quien  utilizó  el  nombre  de  Perfect  Storm  o Tormenta Perfecta,  cuando  escribía  su  libro  basado  en  la  tormenta  de  1991  en el Noreste, en el Atlántico, durante  la época  de Halloween.   Junger  entrevistó  a   Bob Case, el metereólogo  de  la oficina de Boston del  Servicio Meteorológico Nacional, quien trabajó  allí, durante  el momento de  aquella  tormenta.   El Sr. Case  le  describió  a Junger,  que la convergencia de  tres fenómenos diferentes relacionados con el clima,  se combinaron,  y  crearon  la "situación ideal"  que  da lugar a   este  tipo de tormenta:   el aire caliente de un sistema de baja presión que viene en una dirección;  un flujo de aire frío  y seco, generado por una presión  alta de otra dirección;  y la humedad  tropical,  proporcionada  en  aquel  entonces por el Huracán  Grace.     Así,  Junger  tituló  su libro,  La Tormenta Perfecta,  y acuñó  la frase,  al publicarlo en 1997.  Luego,   con el  lanzamiento de la  película del  mismo nombre,   se extendió  aún más,  significando  cualquier  evento  en  el que  se  vea  agravada una situación  drásticamente,  por una  combinación  de  circunstancias  excepcionalmente  raras.   Este  término  describe  la  magnitud  de un fenómeno  poco usual,   aunque la frase  ha sido  abusada  más de la cuenta,  sobre todo,  en los últimos  tiempos   durante  la crisis económica.    

            Otro  fenómeno  nunca  visto  antes,  nos lo menciona  en  su artículo, la periodista María Argelia  Vizcaíno:  ....  "La mayoría del Partido Demócrata niega a Dios tres veces...  durante la
pasada  Convención  Nacional  Demócrata,  celebrada  en Charlotte, Carolina del Norte,  la primera semana del mes de septiembre de 2012, donde se  nos  demostró un fuerte cambio de ideología,  que fue  duramente criticado.    Tras una ola de reproches de muchos miembros del Partido Demócrata, y muy especialmente del candidato a la vicepresidencia por el Partido Republicano,  la plana mayor de los demócratas se apuraron a modificar su plataforma política un día después que ya había sido aceptada (el martes, 4 de septiembre),  sin reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, y sin ninguna  expresión de fe en Dios, tal como figuraba en el texto de 2008."    Y continúa, Vizcaíno,   "Tres veces  tuvo que repetirlo, pero la mayoría de los presentes en la Convención Demócrata negaron a Dios consistentemente."    Y  yo recuerdo las palabras de Jesús, en la Biblia... "Pero cualquiera que Me niegue delante de los hombres, Yo también lo negaré delante de Mi Padre que está en los Cielos." (Marcos 10:33).

            Se olvidaron durante la Convención, que  Dios eligió a la nación de Israel  para ser el pueblo a través del  cual Jesucristo  nacería – el Salvador del pecado y la muerte (Juan 3:16).   Dios confirmó  que  el  Mesías vendría del linaje de Abraham, Isaac y Jacob (Génesis 12:1-3).  Jesucristo es la razón fundamental por la que Dios eligió a Israel para ser Su Pueblo Elegido.  Jesús habría de venir de alguna nación o pueblo, y Dios eligió a Israel.

             Y  todo lo mencionado me hacer pensar:   las tormentas, la negación y el rechazo  a Dios,  las enmiendas  en la boleta  electoral  atacando  aún más la libertad religiosa,  rechazando y negando  a  Dios,  entre tantas otras cosas.    Y  estados tan importantes como lo son  New York   y  New Jersey,  para las elecciones presidenciales,   estarán  inundados de agua  y  sin  electricidad,  precisamente  durante  las  elecciones.   Y recuerdo  otro  fenómeno  impensado,  cuando  New York  fue atacado  en Septiembre 2001.   El mundo  no ha vuelto a ser el mismo desde entonces.    Es como una lucha  más fuerte  entre  el Bien y el Mal.   Los Aztecas mencionaron  una gran transformación en el 2012, no  el  fin del mundo,  pero sí  una gran transformación.    ¿No  les  hace  todo  esto  pensar  a  cada uno de ustedes?

            Estas elecciones  no  son las mismas de antaño.   Tenemos una gran responsabilidad.  Sobre todo,  los que creemos y amamos a Dios.   Hoy  no  se  decide  un  candidato, se decide el futuro de los Estados Unidos y del mundo, como nunca antes.  Se decide la libertad y la democracia,   la seguridad y el bienestar en todo sentido,  de nuestra nación.    Y  toda  esa situación, hace de las elecciones,   otra  tormenta  paralela  a la gran tormenta  "Sandy."    Escasamente, a  una semana  para  las elecciones presidenciales,  se acerca esta tormenta,  algo poco usual,   tremendamente  inesperada,  fuerte,  monstruosa,   gigante,  amenazándolo   todo a su paso,  y lo  detiene  todo:  las campañas de los candidatos,  los viajes,  los itinerarios, y  hasta la  gran ciudad de New York  es  amenazada  por esta fuerza  de la naturaleza,  teniendo que cerrar el centro  de la economía:  Wall Street.     La ciudad de  Washington, D.C.  es una ciudad fantasma,  y Romney  y Obama,  miden mucho  más  sus pasos,  sus  palabras y comportamientos,  porque  ese  Dios, Todopoderoso, Omnipotente y  Omnipresente,   no necesita  de  debates,  no necesita  que  lo  acepten o  lo  nieguen,  porque  El es...  quien es,    El es ...  El que es (I am).    Somos nosotros  los  tontos y arrogantes,  que  nos  creemos superiores,   mientras  que  Dios  siempre  tendrá  la  última palabra. 

(*)  Xiomara J. Pages  es una escritora independiente, periodista y conferencista de motivación.  Tiene cuatro libros de su autoría,  y ha colaborado  en otros.  Ha impartido talleres en Los Estados Unidos, Europa y Latinoamérica.  Realiza trabajo voluntario para la Fundación Internacional del Síndrome de RETT (enfermedad que padece su hija).  Se ha interesado y ayudado a  padres de hijos discapacitados, ancianos, violencia doméstica y asuntos sobre la mujer.  Apoya el arte y la cultura en su comunidad.  Puede escribirle  a  www.xiomarapages.com