Tuesday, April 7, 2020

Cuarentena por el Corona Virus: Carta a Dios


Cuarentena por el Corona Virus: Carta a Dios
Xiomara J. Pages
Abril 7, 2020



Señor Dios:

Estoy aquí  sentada en la terraza,  cerca del patio y la piscina,  escuchando  los trinos de los pájaros,  el chapoteo del agua de la fuente  con escultura de niña desnuda que lleva un caracol entre las manos,  de donde sale el agua y cae en  el platón y eso me  tranquiliza y calma.


Me inunda un profundo silencio el corazón, y me doy cuenta que estamos todos encerrados en nuestros hogares para protegernos de los peligros que nos acechan de un enemigo invisible, que aunque no podemos ver  con nuestros ojos, solo trae tristeza y muerte. 

A veces, siento debilidad y temor,   y hago un recuento de las veces que has estado a mi lado ayudándome a vencer muchas batallas:

* Era apenas una niña de 4 añitos, cuando un adulto no respetó mi fragilidad e inocencia, pero Tu estuviste ahí  para protegerme.

*Sufrí  humillaciones, insultos y crueldad, bajo una dictadura hostil  que aún reina en mi propia tierra natal.  Perdí  libertad y sufrí  separaciones de familia y amigos, dos abuelitas que adoraba,  y   algunos  que no volvimos a ver,  después de partir.

* Enfrenté un  nuevo mundo, y me ajusté a  él.  Pero no olvidé la crianza de mis padres, y aún conservo lo mejor que me dieron.  Pero  aprendí  a amar la tierra desconocida.

*Me casé y tuve hijos.  Padecí sinsabores junto con ratos en familia que me  hacían olvidar los desagradables momentos.

* Cada hijo fue un reto, un aprender de nuevo en la vida.  Pero el más duro fue el nacimiento de una hija postrada, enferma, silente solo con ojos que miran y expresan.  Me tomó un año aceptar la realidad, pero abracé mi cruz con todo amor, y contigo Señor voy abrazada hasta el final, a través de todos los baches que he sufrido junto a ella, pero también todas las alegrías que me ha traído.

* Ayudé a cuidar a mi suegro, con Parkinson, postrado ocho años en una cama, pero lo atendí como a un padre, sobre todo en los últimos cuatro de su vida casi vegetal.

* Sobreviví un asalto a punta de pistola, al entrar a visitar a mis padres.  Robaron mi carro, pero me quedé  tirada en el suelo a la entrada de la casa de mis padres... llorando, y orando por el alma del ladrón.

*Mi madre enfermó de un desorden hereditario en su tercera edad, mas sin embargo, no murió de ello, sino al ser atropellada por un vehículo en la calle.  Fueron 19 días de dolor y pena, hasta que falleció en la cirugía, de la que no despertó.

*Después de sufrir una depresión por  la muerte de mi madre, tuve una cirugía abdominal, y a consecuencia de la misma, se me presentó un Embolismo Pulmonar (líquido y coágulos en los pulmones)  que me tuvo 10 días al borde de la muerte en Cuidados Intensivos. 

*Mi padre sufrió también el Mal de Parkinson, y sobrevivió la muerte de mi madre, por 7 años, pero se reunió con ella, luego de  complicaciones y  murió en el hospital.

*Enfrenté un amargo divorcio, lleno de heridas, resentimientos y daños en todo sentido que aún hoy sufro algunas de esas consecuencias.   Sobreviví  y seguí viviendo con mis instintos básicos  para no caer.

*Llegaron los casamientos de mis  hijos,  y con las nueras, el deseo y la esperanza  de tener aquella hija  con quien compartir que nunca había tenido.   Y  disfruté las alegrías de mi  única hermana, con su esposo, mis  sobrinos y  la   prole de cada uno de ellos... Y siguieron mis nietos, con una nueva alegría, a endulzar mi corazón ya más viejo y lastimado.

*Los achaques de los años fueron llegando, y aprendí a renunciar a muchas cosas a las que ya no podía o  no quise aspirar luego de quedar sola.   Mi vida era ya únicamente  para mis hijos, nietos, familia y amigos y cuidar mi salud.


* Pero he logrado muchos sueños y metas a través de mi vida, que sin Ti, mi Dios, nunca hubiera realizado.  He amado el Arte, la Literatura, y todo lo bello de este mundo con pasión.   Me entristece lo que es feo, vulgar, y poco amable. Tu bien lo sabes.


*Mi  hermanita  se enferma, sigue la herencia terrible de un mal genético entregado por nuestra madre que también lo heredó, y  poco a poco, la veo perderse en una mente que divaga, en unos  pies que casi no caminan  al perder el balance.  Una voz que cada día es menos comprensible.   Y sufro en silencio, el perderla  poco a poco, día a día, sin que nadie perciba mi dolor. 
Aquella niña vivaracha y pícara, aquella bella joven, la esposa y madre que fue,  con las que compartí,  es ahora un ser perdido en sus sombras  que opacan todo lo bello que fue.   Pero me resisto a perderla del todo, quiero estar ahí  con ella, ser parte de su camino.. Ella que me enseñó a ser Líder porque me siguió siempre y se dejó guiar por su hermana mayor

*  Hoy, Señor,  no quiero pensar en mí,  sentada aquí pienso en el dolor de toda una humanidad,  por la inconsciencia de los malvados que  siempre existen en el mundo.  
Hoy peligra la existencia de todo ser humano,  y estamos obligados a alejarnos, guardar distancia, y no estamos con la familia ni los amigos, no podemos abrazar a los nietos, no podemos conversar de frente, solo por mensajes, redes sociales, teléfonos ... Y eso duele, Señor, duele mucho.  
 Aunque comprendo que he sido tan bendecida por Tí.

Ayúdanos,  Señor, ten Misericordia de nosotros, haznos mejores.  Rómpenos,  Queremos ser vasos nuevos, Tú, que eres el  mejor Alfarero.

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