A MI PADRE en su Cumpleaños.
Mayo 31, 2019
de Xiomara J. Pages
Hola, Papi:
Han pasado años desde que Mima y luego tu, se fueron de esta dimensión,
pero jamás de mi corazón, ni de mis recuerdos.
Hiciste tanto por la familia, me enseñaste tanto, que es imposible
olvidarlos, olvidarte. Hoy es tu
cumpleaños, una vez más, y cuando me dicen que me parezco a ti, no solo en el
físico sino en mi manera de ser, me siento muy orgullosa.
Fuiste hijo de una madre muy talentosa y devota a Dios, criada en cuna
de seda, pero que perdió a su madre y luego a su querida madrastra a temprana
edad. Fue interna en escuelas religiosas y de allí salió maestra.
Pero tuvo el discernimiento y sabiduría de ese Dios a quien tanto amaba, de escoger como esposo a mi abuelo, un
campesino. Y abandonó toda la vida
cómoda, por ser la esposa de ese campesino, y tener 8 hijos. Ambos te dieron, como hijo mayor que fuiste, grandes
enseñanzas que nos comunicaste a mi hermana y a mí. Tenías un corazón de oro, y fuiste con tu
familia y amigos alguien muy especial.
Contigo fue con quien primero conocí de Dios, y a Dios. Te observaba, porque los ejemplos hablan más
altos que todos los sermones. Contigo
aprendí a rezar mis primeras oraciones,
sentado al borde de mi cama, no
nos dejaste nunca acostarnos sin orar a
Dios, y
mi hermana y yo no dejamos nunca de pedirles la bendición. No había persona que necesitara de
ti, a quien tu le negaras tu ayuda. Como padre, fuiste único. Una buena madre es una gran bendición, madre
hay una sola, y Mima fue espectacular, pero un padre bueno es único también. Nos comunicaste ese amor a Dios y servicio a
los demás, porque el alma fina y pulida de mi abuela, te dio toda esa sabiduría, integridad y sensibilidad. Muchos no comprendían como un guajirito (campesino cubano), que luego de joven fue un trabajador de ómnibus en la Habana (guaguero) y barbero de oficio además, podía conocer y hablar como hablabas, y es que te gustaba leer.
Eras justo, y cuando yo protestaba por alguna injusticia en mi vida,
siempre me repetías, "con la medida
que midas, con esa te medirán..."
Eras super honesto, y siempre me
dijiste, "Honradez es lo que uno
hace y le dice a otros, Integridad es lo
que nos decimos a nosotros mismos y cuando nadie nos ve." "el pobre tiene la riqueza mayor que no
hay dinero que la tape, su honradez." Cuando
te pregunté en una ocasión, el por qué tenías tantos amigos y gente que te
quería, me respondías , "Si quieres tener amigos, debes ser un buen
amigo." (Luego estudiando y
leyendo vi que pensabas como Ralph Waldo
Emerson; qué curioso, un hombre sencillo como tú, que
apenas llegó a un sexto grado, y hablabas con tanta sabiduría).
¡Oh, cuántas enseñanzas!!
Claro que no eras perfecto, pero siempre conversamos de todo entre los
dos, y eras mi admirador más grande. No hiciste diferencias entre mi hermana y
yo. Nos amabas a las dos..... y nos recitabas del libro de aquel escritor
español, Mariano Ramiro y Corrales,
"Punto Final" el poema dedicado a sus dos hijas... "Dos
hijas me otorga el Cielo, como supremo favor, es Amparo la mayor, y la más
chica, Consuelo... Por ellas, vivir
anhelo, en ellas mi dicha fundo, qué bien me siento en el mundo, con mi Amparo y mi Consuelo." Y qué cierto fue,
te sentías muy orgulloso de nosotras.
Aprendí el Inglés antes de llegar a este país norteamericano, con un
profesor de Barbados en Cuba, al cual le
pagaste clases privadas para mi hermana
y para mí. Divisabas el desmoronamiento de la patria
natal, y trataste de sacarnos en 1962,
pero como Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con Cuba, nos quedamos
señalados como "contrarrevolucionarios" en aquel infierno. No fue hasta 1968, que finalmente llegamos a
tierras de libertad. Todo lo sacrificaron por nosotras, como los buenos
padres que fueron, dejando atrás a mis
abuelas y hermanos. No dejo de agradecer
a Dios y a ustedes todos los sacrificios
que hicieron para traernos a este gran país.
Ya en Estados Unidos, nos regalabas algo el Día de las Madres, y al
preguntarte el por qué, ya que mi hermana y yo éramos jóvenes estudiantes y no
madres, siempre respondías lo mismo...."Si algún día son madres, y yo no
estoy, ya saben que su padre les honró, porque ser madre es la bendición más
grande que Dios le dio a la mujer."
Nunca olvidaré tu cara y tus
ojos, el día que Mima murió. Ella había sido atropellada al cruzar la
calle, y nunca más regresó a casa desde el hospital, murió en la primera
cirugía que le hicieron, pero los siete
años que la sobreviviste, mi hermana y
yo no cesamos en hacerte feliz, en decirte todo lo que te amábamos, y lo
importante que eras para todos. El
Parkinson te llevó al hospital también por complicaciones, y al igual que Mima,
moriste en un hospital. Pero lo último
que ambos vieron antes de cruzar a la Eternidad, fue la imagen de nosotras,
vuestras hijas. Eso es un gran regalo
que Dios nos concedió a ambas.
Cuando ibas a tus terapias del Parkinson en el Hospital Mercy en
Miami, compartías con otros en las
terapias, periódicos donde yo escribía,
y orgulloso les mostrabas mis libros, los cuales regalabas. "Xiomarita,
me hace falta otro libro para regalarle a Ofelia, por favor dedícalo, ..." Y les decías, cuando conocían a mi hermana, que
estaba más tiempo contigo, "Ustedes ven cómo es esta hija, pues
dejen que conozcan a mi Xiomarita, esa
muchacha es algo especial." (y
no sabía que hablabas así de mí, Papi, me
lo contaron en tu funeral.)
Como abuelo, tus nietos pueden
contar mucho más. Fuiste buen esposo,
padre, hermano, abuelo, adorabas a tu
familia, "Recuerden siempre, hijas,
la Familia es la Familia." Como amigo, eras increíble, no te guiabas por prejuicios ni
discriminaciones, respetabas a todos y por eso tanto te respetaban....
Aprendí contigo a valorar el verdadero sentido de la Amistad.
Pudiera seguir escribiendo muchas páginas más sobre quién eras y cuánto hiciste. Pero me emociono demasiado, y debo cuidarme
un poco a esta edad. Solo sé que te
echo de menos, que me siento bendecida por el hogar en que nací, por los padres
que tuve, y la familia donde crecí. Tu y
Mima, siempre serán mis héroes.
Te amo, Papi, Feliz Cumpleaños
HOY.
Tu hija (''La Grande'' para ti, aunque mida 4'9'')
Xiomarita.
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