Visita al Museo-Estudio del Historiador Alfredo
Ballester
por
Xiomara J. Pages
Abril
11, 2019
"Quien no conoce su historia está condenado a
repetir sus errores"
Paul
Preston (*)
Hoy
fue un día muy especial. Convoqué a varios amigos escritores para irnos a
visitar el museo/Estudio del amigo escritor e historiador Alfredo Ballester. Ya antes
había visitado su pequeño rincón en el garaje de su casa, y también llevado a
otra amiga escritora. En esas ocasiones,
le insistí como tantos otros amigos que visitaron su impresionante rincón, que
hiciera algo mejor preparado para guardar tanta historia en documentos, fotos,
libros, memorias, sus años de presidio político, y tantos otros testimonios, etc. Por fin, Ballester, nos escuchó, y hombre de
tantos talentos, construyó él mismo con la ayuda de uno de sus hijos, una
pequeña caseta o Estudio en el fondo de
su casa, y cuando estuvo todo preparado y arreglado nos dejó saber para que le
llamemos y visitemos. El local pequeñísimo, [apenas caben 7 u 8
personas], está ubicado en el Northwest
de Miami, y allí como siempre nos recibió con toda la amabilidad, sencillez y cariño que lo identifican.
Me
levanté tempranito para ayudar a la asistente de mi hija enferma postrada, bañarla y darle el desayuno y luego me
dispuse a recoger a dos de mis
contertulias de las 'Tertulias de Xio' mensuales, una, la escritora, poeta y decimista Zenaida
Hernández (La Guajira Cubana) y la escritora, poeta y dramaturga Teresa Cifuentes. Por el
camino nos comunicamos con otro amigo escritor Enrique Meitín, que nos
visitaba desde Georgia, junto a su esposa Yully,
y nos esperaban en casa de Alfredo
Ballester junto a otro amigo ex-preso político que compartió cárcel con Ballester, Landy González.
Compartimos
en el pequeño 'cuartico' o Estudio, todos juntos. Se escucharon anécdotas y vivencias, que en
ocasiones nos hicieron asomar lágrimas al escuchar la crueldad de seres
humanos, que por rendir obediencia a un régimen de izquierda matan y destruyen a sus propios hermanos. Concebimos ideas y planes, hablamos de libertad y de justicia. Pero sobretodo, hablamos del amor y las
cualidades internas del verdadero cubano que ama a su isla y a sus hermanos. Más tarde se nos unieron la esposa de Ballester, Raysa, con otros familiares.
Tomamos
fotos, y entre conversaciones y anécdotas,
abrazos, lágrimas y risas, degustamos algunas golosinas, y el tiempo se nos fue
volando, sin darnos cuenta. Mas, dentro
en el corazón nos llevamos mucho más
conocimiento del personaje que es nuestro amigo Alfredo Ballester, un caballero, un patriarca, un hombre super
sencillo pero valiente, veraz, sincero, que
habiendo vivido tantos horrores, sigue luchando y escribiendo, para que se sepa
la verdad, se conozca la verdadera historia que un día leerán hijos, nietos y hombres del
futuro. Esa historia que han tratado de
enterrar, enmascarar y manipular.
Creo
que muchos debían llamar a Ballester y coordinar una visita a su pequeño museo, pequeño por el tamaño del local, admirable por haber sido construído con sus propias manos y esfuerzos, pero
gigantesco por todo lo que encierra en él, y por lo que significa tener un Ballester entre nosotros. Deben visitarlo los que sabemos bien de su
historia, y por lo tanto, lo respetamos y admiramos. También deben visitarlo algunos detractores que se han atrevido a dudar de su trayectoria y su integridad,
y a divulgar falsedades pro-bono.
La
historia, la verdadera historia hay que
conocerla, de los que la escriben, pero sobre todo de los que han escrito lo
que han vivido y SOBREVIVIDO.
Son esos los testimonios que no debemos perder, y por
eso les aconsejo a todos los que han sufrido como Alfredo y Landy, que lo escriban, que lo publiquen, que dejen ese
legado a futuras generaciones, para que no se repitan los errores, y para que se
haga justicia y se les calle a algunos que
tratan de hacernos olvidar y cambiarnos la historia.
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