''MÁS PUTA QUE LAS GALLINAS''
Xiomara J. Pages
Agosto 27, 2-019
''Es más puta que una gallina..."
Han escuchado ese refrán?
Pues a mí siempre me ha hecho pensar, por qué comparan a
una prostituta con una gallina, y por qué a las pobres
gallinas, si el puto es el
gallo... No?
Es el gallo el que agarra (o 'pisa') a todas las gallinas en el corral, y eso lo vi
de primera mano, cuando los comunistas en Cuba me enviaron a un Campo de
Concentración de trabajo obligado, por querernos ir del país, mi familia y
yo.
A mi hermanita y a mí , de 16 y
17 años respectivamente, y a mi
madre, nos enviaron a hacer trabajos rudos en el campo en siembra
y cosechas, y a atender
además, unas naves avícolas a diario.
Teníamos que estar allí internas
y nos despertaban al trabajo a las 5 de la madrugada con milicianos y rifles, "Mujeres las cinco" era el grito matutino, y a
correr a un hueco de madera hecho a modo de ducha, con una "cortina" de saco de yute
colgando, para darnos un baño y se
repetía al volver del trabajo todas sucias y lastimadas.
Esto se hacía con el agua que teníamos que cargar en una lata grande
de aceite vacía; comer un pedazo de pan
duro y seco con aceite con una lata con café que no sabía a nada en un comedor,
y montarnos como ganado sobre un camión abierto, bajo sol, lluvia y tormenta todos los días
para ir donde las granjas y sembrados en que nos ponían a trabajar. Antes habían enviado a mi padre a otro campo
parecido en otra localidad con peores trabajos y condiciones por
ser hombre, pero luego llamaron también a las mujeres.
Pues sí, esas naves avícolas tenían unas 2,000 gallinas con 200 gallos aproximadamente. Teníamos que recoger huevos (y nos poníamos unos guantes de tela fuerte
para protegernos las manos y brazos porque las gallinas nos picaban); echarles
el pienso de alimento en las canales o
comederos que colgaban del techo; y lavar
con un jabón de arena duro esos comederos luego (que nos destrozaban las manos hasta sangrar).
En las
naves que servían de mataderos, llevaban los animales más enfermos, y éstos
eran los que se les llevaba al pueblo.
Los mejores eran para turistas y clases privilegiadas y
militares en la isla. Los huevos eran
puestos en cajas con letreros en Inglés para exportarlos al extranjero. Muy pocos eran para el pueblo. Muchas de las que allí trabajamos
rompíamos huevos, destrozábamos sacos de pienso para que se regaran en las
virutas del piso de las naves, y sembrábamos las postas de maticas de café al
revés en la tierra, para hacer contrarrevolución y que ellos perdieran. Luego
en el exilio, nos enteramos de cuántas hicimos lo mismo.
Pues aquellos gallos grandotes, se avalanzaban
sobre nuestras piernas cuando entrábamos
a la nave o gallinero gigante, para
darnos espuelazos. Yo me forraba el cuerpo con los sacos de papel donde
envasaban el pienso o comida, y me los amarraba a la cintura con cordeles, algo
así como un capote de torero antes de entrar al ruedo taurino.
Y aunque los gallos espoleaban,
y trataban de picar, este truco me protegía de ellos, ya que antes, salía con las piernas llenas de heridas y
morados.
Recuerdo
haberles dedicado unos versos, un día
muy enojada con ellos.....
"Maldito y condenado Gallo,
no me haces más que picar,
y yo tan solo rogar,
que ojalá te parta un rayo."
La pasamos muy
mal, en todo ese tiempo, pues estábamos señalados como
"contrarrevolucionarios" por no estar de acuerdo con el Régimen comunista cubano de
los Castros, y teníamos visas y pasaportes para salir del país desde 1962, pero como los dos países, Estados Unidos y Cuba, rompieron relaciones, pues nos quedamos en ese
infierno hasta fines de 1968.
Confieso que
en aquella época, odiaba mucho más a los gallos que a las gallinas, aunque tampoco me gustaban las famosas peleas de
gallos, en mi barrio de Jacomino (ahora San Miguel del Padrón) , y los Domingos
detestaba escuchar a lo lejos, como un ruido en coro, los gritos
de aquéllos que llevaban sus gallos a pelear.
Siempre me parecieron crueles circos romanos,
al igual que las corridas de toros, peleas de perros, incluso el boxeo o la lucha libre entre humanos.
Pero
bueno, volviendo a la frase, del
principio, la cuestión es que la
decimos incompleta, ya que la frase es...
"Eres más puta que las gallinas ... que aprendieron a volar para follarse a los patos"
ó
"Eres más puta que las gallinas...porque donde ves huevos te sientas."'
Y ahí se los dejo... jajaja..
En otro sitio
web encontré esta explicación que les comparto....
''Es también el origen de lo
que hace la gallina cuando pone un huevo: incubar,
porque yace sobre el futuro pollito. Y de la misma raíz nace la concubina o el
concubino, literalmente
“el que se acuesta con”, el concubinario que
es el que tiene concubina y el
concubinato que designa el
acto de mantener relaciones fuera del matrimonio.
Las enfermedades también se
incuban, yacen dentro. En su origen, incubar no es transmitir calor para que se
desarrolle algo, es estar ACOSTADO; por eso una técnica de sanación en el mundo
antiguo era la incubación: dormir una noche en el templo del dios para que en
sueños nos comunicase qué enfermedad teníamos y cómo sanarla.
Ya en la Edad Media, según
parece, surgen los términos íncubo,
referido al espíritu maligno masculino (porque está sobre) y súcubo que alude al espíritu maligno femenino porque
yace bajo (sub-cubo).
Realmente, el prefijo derivativo verbal latino in– no
significa “sobre”, sino “hacia”.
Supongo que por influencia de
la gallina que está sobre el huevo e incuba, nace el término íncubo con la
misma estructura.
Si a la raíz de cubare le
añadimos el infijo nasal que indica acción terminada completamente, surge el
verbo cumbo y
nacen así nuevos derivados como el verbo decumbo que
si bien no ha pervivido como tal en nuestra lengua, lo encontramos bajo la
forma decúbito, bien lateral, prono o supino según estemos acostados de lado,
boca abajo o boca arriba.
El
prefijo sub– sí
que ha tenido más suerte y lo encontramos todavía en el verbo “sucumbir”.
También el preverbio in–
dando origen al verbo “incumbir” con un significado primitivo de “reposar
sobre” pasando luego a significar “dar a entender algo, prestar atención” y al
sustantivo “incumbencia” que tanto usamos en la expresión negativa: “No es de
tu incumbencia”.(Colaboración de Rubén Ríos Longares).
Creo que lo último es una tonteria para argumentar, la respuesta mas básica y concreta creo que es la correcta... la de sentarse sobre los huevos :P, jaja...
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